En este espacio buscamos compartir con usted información y nuestras opiniones y comentarios de diferentes temas que creemos pueden ser de su interés

Escuchar: Un trabajo que requiere más que oídos.

Publicado: el lunes 9 de abril de 2012 | Por: Francisco

«Uno de los más grandes regalos que le puedes dar a otra persona, es tu completa atención cuando te habla»

En nuestros artículos anteriores mencionamos la importancia de dar una adecuada retroalimentación a las personas con quienes tratamos. Sin embargo, si queremos tener una comunicación realmente efectiva, un elemento indispensable es que sepamos escuchar. Y por escuchar no debemos referirnos a tener la capacidad de percibir los sonidos que emite la otra persona, sino el captar el mensaje completo que nos está queriendo transmitir.

Incluso, una verdadera escucha no debe limitarse a las palabras pronunciadas sino que debe ir más allá. Hay quienes señalan que las palabras pueden llegar a transmitir solo un 7% del mensaje. El otro 93% es principalmente el lenguaje corporal, la expresión facial de la persona, el tono de la voz y el contexto. Es muy diferente un “Estoy muy feliz” con los hombros caídos, la mirada gacha y en un tono de voz débil que un “Estoy muy Feliz!” con una postura erguida, brillo en los ojos y un tono de voz vivo y animado. Es por esto que debemos trabajar en desarrollar la capacidad de tener una escucha completa si queremos realmente entender lo que nos están diciendo.

En ocasiones podemos tener una escucha superficial en la que solo aparentamos escuchar pero realmente no estamos enfocados en nuestro interlocutor y en lo que dice. “Te estoy oyendo no te preocupes, prosigue” (mientras respondemos varios e-mails durante esta “conversación”). En otras ocasiones, podemos estar atentos, pero en vez de realmente escuchar estamos pensando mientras escuchamos para aportar nuestras propias opiniones impidiendo que el mensaje se nos transmita completo.

Incluso podemos estar totalmente atentos a lo que nos está diciendo verbalmente nuestro interlocutor, pero no estar nosotros captando el mensaje porque nos enfocamos solo en sus palabras.

La verdadera escucha es aquella en la que pongo atención a tus palabras sin interrumpirte, me enfoco realmente en ti y percibo lo que tus expresiones y tu tono de voz me transmiten. Clarifico cuando es necesario lo que me dices para asegurarme de no captar un mensaje que pueda estar distorsionado. Evito filtrar lo que me dices con mis propias opiniones o prejuicios y evito darte una solución rápida en lugar de escucharte.

Cuántas de nuestras interacciones con otras personas realmente aplicamos una escucha así? En cuántas ocasiones no escuchamos porque estamos simplemente esperando que la otra persona termine de hablar para “entrar en acción”?

La próxima vez que tenga una conversación tenga esto en mente y revise si su escucha fue real y completa. No es fácil lograrla, pero es un elemento que hará que nuestras comunicaciones sean mucho más efectivas.

 

Saludos!

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

 

 

 

Retroalimentar… más que felicitar o regañar (2da Parte)

Publicado: el lunes 2 de abril de 2012 | Por: Francisco

En nuestro artículo anterior mencionamos una situación con una mala retroalimentación, pero la pregunta obligada es: Entonces qué es y cómo es una adecuada retroalimentación o feedback?

Para responder esto debemos tener claro primero para qué nos vamos a comunicar o retroalimentar a otra persona. El feedback puede servir diferentes propósitos pero principalmente podemos decir que es para motivar (no es solo felicitar) o para buscar mejorar el rendimiento (que no es lo mismo que regañar).

Cuando damos Feedback con la idea de Motivar a alguien debemos observar los siguientes puntos:

  • Que sea de manera inmediata. No esperes a que se “enfríe” la situación que quieres reconocer. Si Laura hace una excelente presentación, díselo saliendo de la misma.
  • Reconocer cualquier mejora no solo la excelencia. Si su presentación no es como tú quisieras pero presenta mejoras sobre las anteriores, es momento de reconocérselo. Si nos esperamos a la perfección, como va a saber la persona que va en el camino correcto?
  • Que sea específico. Es importante clarificar qué es aquello que hizo bien y que debiera repetir, de lo contrario, un “buen trabajo” o “una palmadita en la espalda” no incentivarán la conducta correcta.
  • Que sea continuo. Si el feedback lo damos “a veces”, su efecto motivador se perderá. Si hoy logramos una mejora y nos lo hacen saber, nos motivamos. Si la próxima vez volvemos a mejorar, pero no nos lo hacen saber no sabemos si realmente mejoramos, ocasionando esto una desmotivación y provocando también que probablemente tengamos un retroceso ya que “antes sí me felicitaron”.

Por otra parte, cuando lo que queremos es que la persona con quien tratamos mejore su rendimiento (porque el actual deja que desear), lo que debemos observar es:

  • Definir el asunto sin juzgar. Si el reporte de Luis no tiene la calidad necesaria, debemos hacerle ver objetivamente los puntos a mejorar. “Esto no sirve” o “esto es una cochinada” no son maneras objetivas de retroalimentar y van cargadas de juicio.
  • Explicar las consecuencias. Hacerle ver a la persona que en caso de que su desempeño no mejore, existirán consecuencias negativas. Esto no es amenazar, sino informar. “Si no corriges eso, el director no podrá tener información confiable y tomará una decisión equivocada y esto tendrá un efecto negativo en tus posibilidades de ascender más adelante”.
  • Pedir soluciones. Permitirle a la otra persona que aporte posibles soluciones a la situación particular y no solo imponerlas.
  • Enfoque al futuro y mente abierta. Se debe retroalimentar con un enfoque al futuro, no al pasado. Un enfoque hacia la mejora no hacia los errores cometidos. Y en este punto se deberán explorar nuevas opciones e incentivar a que sean aportadas.
  • Reconocer lo positivo. Por lo general no todo es malo. Hay que reconocer lo que es positivo y las aportaciones positivas que haya hecho la persona durante la conversación de feedback.
  • Llegar a un compromiso. Por último, y parte fundamental es llegar a un compromiso para mejorar el aspecto tratado y definir “mecanismos” de seguimiento. De lo contrario puede ser que nuestra retroalimentación se haya quedado solo en “buenos deseos”.

Por último, nos queda a cada quien evaluar: Realmente damos una correcta retroalimentación, o solo nos quejamos de que las cosas no se hacen como queremos? Realmente reconocemos las mejoras o el crecimiento en las demás personas, o esperamos que se autoevalúen y automotiven?

Una buena comunicación probablemente por sí sola no hará que nuestra empresa (o nuestra vida) mejore, pero la ausencia de ella casi nos garantizará el fracaso.

Saludos!

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

Retroalimentar… Más que felicitar o regañar (1 de 2).

Publicado: el lunes 26 de marzo de 2012 | Por: Francisco

Juan, director de la compañía llega con Luis, el gerente de finanzas y avienta sobre su escritorio el análisis de las finanzas de la empresa que le había solicitado. “Esto no sirve. Necesito que lo vuelvas a hacer”, le dice en un tono autoritario. Sin decir más al salir de la oficina de Luis se encuentra con Laura y le dice “Buen trabajo con el cliente!” y sigue su camino a su oficina.

Cual de las dos interacciones fue correcta? En realidad ninguna. Definitivamente que la manera como se dirigió con Luis dejó que desear en cuanto a amabilidad, respeto, etc. pero con Laura a pesar de que no fue grosero tampoco fue efectivo en su comunicación. El problema: En las dos situaciones estaba “retroalimentando” (dando Feedback). En una negativamente y en la otra positivamente, pero en ambas de una manera limitada.

Un grave problema que se presenta en las empresas y en cualquier grupo de personas, es que la retroalimentación no se hace de una manera adecuada.

En el caso de la retroalimentación negativa, debió decirle a Luis cual era el problema con su análisis. Indicarle además lo que debería incluir en su reporte y como hacerlo para que este cumpla con los requerimientos. Además debe hacerle ver las partes que están correctas, ya que no todo se tendrá que modificar. De esta forma, Juan estará realmente dando un retroalimentación a Luis sobre lo que debe mejorar y estar en posición para recibir un mejor trabajo la próxima vez. De lo contrario, Luis, además de quedar resentido, no tiene la más mínima idea de lo que está mal y  es probable que en el “próximo intento” deje igual lo que no le gustó a Juan y modifique lo que estaba correcto.

Por otro lado, al felicitar a Laura, no le está diciendo exactamente lo que originó la felicitación. Será la venta que acabo de hacer? Será como manejé la reunión? Será el cliente que acabo de ver ayer o el que visitamos la semana pasada?. Aunque Laura se siente contenta por la felicitación, no tiene la certeza de qué conducta es la que debe repetir en el futuro. Probablemente su última presentación con el cliente no haya sido tan buena y Juan haya considerado que era mediocre, pero aún así, como llevó a cabo excelentemente el proceso de cierre de la cuenta y consiguieron al cliente, el resultado buscado se logró. Pero probablemente Laura crea que el estándar de calidad de sus presentaciones es el deseado y esto le ocasione perder cuentas en el futuro. Lo peor de todo es que Juan sí lo sabe.

Juan no le dijo a Luis ni a Laura lo que deben mantener o lo que deben cambiar. Y esta comunicación ineficiente tendrá la consecuencia de un trabajo en el futuro que no se apegue a lo que el director y la empresa espera de ellos. Esto puede ir frustrando a las partes, incrementando la tensión, bajando la motivación y reflejándose en los resultados de la empresa.

La mala comunicación es uno de los grandes problemas de las empresas, y algo que en el inicio parecía trivial como una felicitación o un regaño se puede convertir en una verdadera bola de nieve. En la segunda parte de esta artículo comentaremos de las “reglas” que debemos observar para que nuestra retroalimentación sea eficiente y efectiva.

Saludos!

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

El problema de los Ingresos: Lo que quiero vs lo que genero

Publicado: el martes 20 de marzo de 2012 | Por: Francisco

En el ámbito de las finanzas personales existen muchos sub-temas de los que se pueden escribir artículos como el manejo de tarjetas, la contratación de seguros, la evaluación de diferentes inversiones, etc. Sin embargo, de alguna manera aunque sea indirecta, lo que hemos comentado hasta ahora nos sirve para darnos una idea de cómo manejarnos en cada uno de esos aspectos, además que tendríamos que entrar en aspectos más específicos o incluso más técnicos para cada caso.

En esta ocasión, y para cerrar con esta serie de artículos relacionados a las finanzas personales hablaremos de la generación de ingresos. Y no están al final porque sean menos importantes, pero sí porque aún con ingresos elevados podemos tener finanzas personales en malas condiciones. Es por esto que debemos trabajar en nuestra disciplina primero, antes que en el generar más dinero.

Como hemos mencionado, el dinero es un medio no un fin, por eso debemos definir claramente ese fin y trabajar para generar aquel dinero que nos permita alcanzarlo. En una economía como la actual con altas tasas de desempleo, bajos sueldos, etc. resulta complicado hablar de una receta secreta para generar mayores ingresos por lo que nos enfocaremos a ver este punto desde una óptica optimista pero realista.

Si realmente tenemos un fin claro en mente, tenemos la disciplina para cuidar lo que generamos y también la fuerza de voluntad y la motivación suficiente, probablemente encontraremos los medios para generar mayor ingreso. Qué puedes hacer para generar ingresos después de tu horario de trabajo? Qué sabes hacer que los demás valoren? Qué puedes elaborar para vender? Qué producto puedes distribuir ya sea en un multinivel o como comisionista? Puedes conseguir un empleo adicional? Qué habilidades necesitas desarrollar para obtener un mejor empleo y un mejor sueldo? Qué estás haciendo para eso?

La generación de ingresos no es fácil. La realidad es que seguramente será un proceso que tomará tiempo. Requiere esfuerzo, pero requiere sobre todo acción. No nos va a caer del cielo más dinero. Por lo general lo tenemos que salir a buscar. Y una vez que entremos en esa dinámica, entonces sí, “por casualidad” empezarán a cruzarse en nuestro camino nuevas oportunidades de generar ingresos. La suerte difícilmente encuentra a aquel que se queda encerrado en su casa viendo televisión.

Si pensamos en nuestra “vida ideal” para la que requerimos X cantidad de dinero, entonces lo que sigue es salir a buscarlo y trabajar por él. Si no definimos cuanto queremos ganar para alcanzar nuestras metas, entonces de nada nos servirá quejarnos de que no ganamos lo suficiente o que el dinero no alcanza. Esto no quiere decir que es fácil lograrlo, pero significa que tenemos que tomar acción y responsabilidad de nuestra situación y no ser las víctimas de la película.

Como mencionamos en un artículo anterior: No se trata de ganar todo el dinero que podamos sino todo el dinero que nos merezcamos.

Saludos!

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

El uso de dinero ajeno… Beneficio presente, sacrificio futuro.

Publicado: el martes 13 de marzo de 2012 | Por: Francisco

Hasta hoy hemos comentado la importancia de la auto-disciplina, el control de gastos y el ahorro para tener unas finanzas personales sanas. El siguiente punto que vale la pena comentar son las deudas. Y en este punto lo que vale la pena resaltar es que las deudas por sí mismas no son malas. El problema es el uso y el manejo que les damos en muchas ocasiones.

Al hablar de gastos y ahorro mencionamos que el postergar el disfrute de ciertas cosas en el presente nos proporcionaría un mayor disfrute en el futuro. Las deudas son precisamente el mecanismo que busca lo opuesto: Un disfrute actual que nos ocasionará un sacrificio futuro.

Hay deudas que son necesarias porque requerimos el dinero de otros para satisfacer algunas necesidades. Probablemente no podemos esperar a tener todo el dinero necesario para tener una casa y un techo para vivir, por lo que recurrimos a pedir prestado o en un momento dado a rentar pero con la desventaja de que nunca seremos propietarios de nuestra casa.

El problema con las deudas empieza cuando empezamos a hacer uso de la deuda para satisfacer gustos más que necesidades y cuyo beneficio es solo en el presente y no perdura. En el caso de una casa esta durará al menos el tiempo que tendremos la deuda. Pero que pasa cuando usamos la tarjeta de crédito para comprar por ejemplo un viaje? Probablemente tardemos un año pagando algo que disfrutamos hace tiempo. Y cuando todavía no terminamos de cubrir una deuda, surgen nuevas necesidades que disfrutamos con deudas nuevamente, creándose así un círculo que puede convertirse en una bola de nieve.

Es por esto que debemos evitar aquellas deudas que no nos generan un beneficio duradero y evitar también el acumular deudas. En caso de que ya estemos en una situación en la que tenemos muchas deudas acumuladas lo principal es empezar a salir de ellas una a la vez. Mientras estemos pagando los mínimos requeridos de nuestras deudas, estas se prolongarán causándonos gran ansiedad en el proceso.

Lo más recomendable en este caso es pagar aquellas deudas que podemos terminar de pagar más rápidamente mientras pagamos los mínimos de las demás. Este debiera de ser el primer factor a evaluar ya que vamos creando una inercia positiva. El segundo debiera ser el pagar cuanto antes aquellas deudas que tienen una mayor tasa de interés. De esta forma podemos ir logrando “triunfos” tangibles, reducimos la carga de nuestras deudas y la ansiedad que estas nos provocan.

Así que si no tenemos deudas debemos pensarla dos veces antes de adquirir una. Y si ya las tenemos, debemos hacer un esfuerzo por salir de ellas cuanto antes. Lo que sí es una realidad es que mientras la sombra de las deudas esté sobre nosotros, difícilmente tendremos la posibilidad de ir formando un patrimonio creciente, y además, el estrés y la ansiedad que estas causan puede tener un costo incluso mayor que el monetario.

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

Le das de comer a tu cochinito?

Publicado: el lunes 5 de marzo de 2012 | Por: Francisco

En cuestiones de finanzas personales uno de los temas más difíciles de tratar es el ahorro. En una época donde la mayoría de las personas decimos que el dinero “no alcanza” resulta muy complicado “abogar” por el hábito del ahorro. Sin embargo aún en estos tiempos es algo que tenemos que ver como parte de nuestra disciplina personal y es aquí donde el ahorro se liga directamente con lo que anteriormente comentamos de la disciplina para gastar.

La realidad es que la mayoría de la gente no ahorra no tanto por las limitantes de su nivel de ingresos, sino por la falta de disciplina para hacerlo. Seguramente esto es algo debatible, pero revise sus gastos del último mes o del último año. Cuantas veces comió fuera? Cuanto gastó en cigarros o cerveza? Cuantos artículos pudo haber evitado comprar por no ser tan necesarios? O en algunos casos: Cuanto gastó en la última fiesta infantil o de cumpleaños? O cuanto gastó en multas, recargos intereses moratorios, etc.?

Definitivamente el dinero es un medio no un fin, y el fin es el disfrutar los beneficios que nos puede generar el dinero. Eso no creo que debiera estar a discusión. El punto es: Cuando queremos disfrutar de esos beneficios y qué tipos de beneficios realmente queremos disfrutar? Preferimos gastar todo hoy y tener un retiro en el que tengamos que vivir de la “caridad” de nuestra familia? Preferimos tener un automóvil del año a cambio de no tener para una eventualidad de salud en la familia? Prefiero el estrés de vivir “al día” que la tranquilidad de saber que cuento con un respaldo económico?

Podemos pensar también: “Para qué ahorro? Y si me muero mañana? Para qué quiero el dinero cuando me muera?”. Y esto es muy cierto, por lo que si se posterga el disfrute del dinero es con la intención de que en el futuro ese disfrute será mayor en recompensa a nuestro sacrificio actual. Si tenemos esa mentalidad de que hay que disfrutar hoy, incluso llevándola al extremo de gastar lo que no tenemos y endeudarnos para “darnos gustos” y evitarnos el hacer sacrificios presentes, yo preguntaría: Si puedes morir mañana, para qué pagas tus deudas? Para qué hacer ese sacrificio presente? De cualquier forma nadie te va a cobrar una vez muerto!

Una práctica común es recomendar el ahorrar el 10% de los ingresos cada mes. Como dicen algunos autores: Págate a ti primero. Si programas dentro de tus gastos que el 10% te los vas a pagar para disfrutar en el futuro, ya dejarás un menor margen para gastar en cosas que pudieran no ser tan necesarias.  Si logramos esto, lo siguiente sería definir el uso que le daremos a ese ahorro en el futuro, porque no se trata nada más de ahorrar un año para gastarlo posteriormente en algo que no valga la pena. Probablemente definamos que es un fondo para retiro y emergencias médicas. Podrá ser un porcentaje para unas vacaciones soñadas o para la boda de la hija, etc. pero lo importante es etiquetar el uso que se le va a dar. De lo contrario, en la primer tentación vamos a hacer uso de ese dinero en algo que no era lo que nosotros mismos habíamos definido.

Las claves son la disciplina y el “para qué” que ya hemos mencionado. Sin estos, difícilmente podremos ahorrar. Si lo que vemos en nuestro futuro es importante para nosotros, el ahorro se nos hará más llevadero. Pero si nuestra visión es solo en el presente, ahorrar será muy complicado. Si logramos un ahorro constante por un período de tiempo considerable, el tiempo nos hará ver los beneficios. Más adelante hablaremos de qué podemos hacer para que esos ahorros que tanto sacrificio representaron nos generen rendimientos, pero por mejor que sea el instrumento de inversión, si no hay que nada para invertir, el rendimiento será siempre cero.

 

Saludos!

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

A dónde se fue mi dinero?

Publicado: el lunes 27 de febrero de 2012 | Por: Francisco

“No hay ingreso que alcance para quien gasta más de lo que recibe”.

En nuestro post anterior hablamos de la importancia de la disciplina y tener un objetivo claro que buscamos lograr, que le dé sentido a ese “sacrificio” de mantener nuestras finanzas personales en orden.

De la mano con este auto-disciplina tan necesaria, y antes de hablar de los ingresos, hablaremos de los gastos. Es en los gastos donde se reflejará principalmente nuestra disciplina.

Eres de los que gastan todo lo que reciben? O incluso más, gracias a la magia del “dinero plástico”? Gastas además de tu sueldo, todos tus bonos, aguinaldos, utilidades, etc. que recibes esporádicamente? Ahorras solamente “cuando puedes”?

Si tus respuestas fueron Sí, tus finanzas personales corren un alto riesgo.

Sabes en qué se te fue tu dinero? Cuánto gastaste en comer fuer el mes pasado? Y en salir por unos tragos? En el cine? Sabes lo que necesitarás gastar el próximo mes?

Si tus respuestas fueron No, tus esfuerzos por mejorar tus finanzas personales probablemente se queden en el limbo.

Para un mejor control de gastos no hay nada mejor que llevar un registro del dinero que se gasta y un presupuesto de lo que se va a gastar el próximo mes, o incluso más a futuro como vacaciones, gastos programados, etc.

Al momento que le ponemos números, nos daremos cuenta de que los gustitos que nos damos muchas veces suman una cantidad que si nos preguntaran no estaríamos dispuestos a pagar. Seguramente una vez registrados nuestros gastos, podremos identificar áreas de oportunidad donde podamos ir cortando gastos innecesarios. No se trata de reducir drásticamente nuestro nivel de vida, pero si queremos alcanzar la tranquilidad financiera tenemos que hacer ciertos sacrificios.

Por otro lado, el presupuestar lo que vamos a gastar nos va a permitir saber como vamos durante el mes de acuerdo a ese presupuesto y saber lo que podemos y no podemos gastar. Y aquí no se trata de hacerle caso a alguien que nos lo indicó. Se trata de hacernos caso a nosotros mismos.  Nosotros nos “impusimos” la tarea de controlar nuestras finanzas y de hacer ciertos sacrificios. Si no es así, ningún control funcionará. Y si no tienes metas trazadas a futuro o algo que te motive a hacer esos sacrificios entonces no tendrá sentido el no disfrutar en el presente de nuestro dinero y postergar ese disfrute hasta un futuro que no tenemos visualizado.

Pero si tenemos el firme propósito de lograr finanzas personales sanas que nos den cierta tranquilidad en el futuro y que nos permitan alcanzar las metas que nos hemos propuesto, empecemos entonces por llevar una medición de nuestro desempeño. Como dicen: “Lo que no se mide no se controla y no se puede mejorar”

Saludos!

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

Disciplina en las Finanzas Personales

Publicado: el lunes 20 de febrero de 2012 | Por: Francisco

Este será el primero de algunos artículos con el fin de dar recomendaciones para manejar mejor nuestras finanzas personales. Pero antes de entrar en el tema los pesos y los centavos hay un tema de actitudes que tendríamos que tratar.

Autodisciplina es hacer las cosas que tenemos que hacer, cuando las tenemos que hacer, nos guste o no.

Cuántos de nosotros contamos con esa cualidad cuando se trata de administrar nuestro dinero?

El saber llevar reportes de gastos, reportes de ingresos, saber donde y como ahorrar, como manejar nuestras tarjetas, etc. realmente pasa a segundo término si no tenemos la disciplina de llevar a cabo las cosas que sabemos son correctas. Todos sabemos que es bueno hacer ejercicio y no todos lo hacemos. Todos sabemos que no es bueno comer muchas gracias y carbohidratos pero aún así lo hacemos. La palabra clave es disciplina. Y esto es una cuestión de ACTITUD, no de conocimiento.

Ahora bien, para que podamos tener la disciplina que necesitamos, tenemos que tener una misión o una motivación lo suficientemente fuerte para que nos mantengamos firmes a pesar de las tentaciones. Es por esto que es muy importante que cada uno de nosotros tengamos muy definido lo que queremos lograr. Esa disciplina será nuestro “control” para que logremos nuestro objetivo, pero si no lo tenemos claro, entonces inconscientemente “pensaremos” que como no es tan importante, y como es tan vago y subjetivo no pasa nada si nos desviamos un poquito “solo por hoy”. Pero si por ejemplo tenemos bien definido ahorrar X porcentaje de nuestros ingresos al mes para poder tener X cantidad ahorrada en X cantidad de años, entonces ya sabremos que cada paso en falso nos alejará de lo que queremos lograr.

Y si a esas metas les ponemos aún mayor significado como por ejemplo: La universidad de mi hijo, nuestra segunda luna de miel, el capital para mi propio negocio, un retiro digno, etc. entonces nuestro incentivo para mantenernos disciplinados será mayor. A fin de cuentas las personas respondemos mejor a las emociones que a las cifras.

Más adelante hablaremos de recomendaciones para manejar nuestros ingresos, gastos, ahorros, créditos, etc. Pero por lo pronto vayamos definiendo lo que queremos lograr. Démosle sentido e importancia a tener unas finanzas personales sanas porque si no es así, entonces la pregunta ¿para qué ahorro? se hará presente en cada oportunidad y si no le tenemos una respuesta contundente y valiosa, no tendremos la autodisciplina necesaria. A fin de cuentas el dinero es un medio, no un fin. Y si no tenemos un fin, para que cuidarlo?

Saludos!

Por Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

En tu empresa como en tu casa?

Publicado: el lunes 13 de febrero de 2012 | Por: Francisco

Este artículo va dirigido a todos aquellos empresarios o directivos que cuentan con la creencia de que en la empresa hace falta un general que “ponga orden”, ya que de lo contrario no se podrá alcanzar el éxito.

Cómo eres en tu casa? En tu hogar eres cariñoso y amoroso con tu esposa e hijos?

Probablemente no todos respondan que sí. Algunos más responderán que sí pero si la pregunta se le hiciera a su familia tal vez la respuesta sería diferente. Pero en general todos al menos coincidirán en que quieren ser queridos por su familia. Todos dirán que quieren lo mejor para ellos.

Ahora la pregunta: Cómo eres en tu empresa?

Eres un “general” o un líder? Buscas que te “quieran” o que te teman? Quieres lo mejor para tu empresa y para tus empleados? O solo quieres lo mejor para ti? Tienes “bipolaridad” en el sentido de que al llegar a tu empresa frunces el seño y actúas de mal humor, pero al llegar a tu casa cambia totalmente tu actitud? Si este es tu caso, un buen experimento sería el tratar de ser la misma persona siempre. Tanto en el trabajo como en la casa.

Si tienes una personalidad diferente en tu empresa y en tu casa, evalúa cual de las dos te está dando mejores resultados. Cual “estrategia” te está funcionando mejor?

Por ejemplo,  crees que tu esposa te cocinará una rica cena porque le haces cara fea y le levantas la voz? O será más probable si la tratas bien?

Y como le pides que haga su trabajo a tu empleado?

Si tu hijo comete un error qué haces? Le llamas la atención? Supongo que sí. Pero le llamas la atención de tal manera que ya no te quiera más? Le llamas la atención ofensivamente y buscando hacerlo sentir de lo peor? O buscas hacerle ver su falta para que no la vuelva a cometer? Le das una segunda oportunidad? Le muestras la manera correcta de hacer las cosas?

Y si un empleado comete un error cual es tu reacción?

Te gustaría que tu hijo sintiera temor al llegar a tu casa? O preferirías que le diera gusto verte y convivir contigo?

Y con tus empleados? Cual quisieras que fuera su reacción ante tu llegada cada mañana a la empresa?

Este artículo ofrece más preguntas que respuestas, pero las más importantes serán las que te hagas tú mismo. Qué quieres lograr? Cual es tu visión y tu misión tanto en tu casa como en tu empresa? Qué tipo de ambiente quieres generar?

A fin de cuentas tanto en tu casa como en tu empresa convives con personas, entonces por qué suponer que reaccionan diferente a los “estímulos”?

Saludos!

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

Como va su «score»?

Publicado: el domingo 5 de febrero de 2012 | Por: Francisco

A propósito del Super Bowl que acaba de pasar, imagine que está jugando un partido de fútbol americano pero desconoce bien las reglas, lo han enviado al terreno y no le indicaron claramente la jugada que van a desarrollar ni el objetivo que espera que logre en el terreno. Así se va desarrollando el juego jugada tras jugada y para colmo de males usted se da cuenta que en el partido no hay marcador. No se lleva el “score”. No sabe si lo que ha hecho estuvo bien hecho. No sabe si ha ayudado al equipo. No sabe para qué está jugando. Simplemente usted entra y sale del terreno y juega como su entender le indica.

Usted cree que haya muchos jugadores profesionales que quisieran estar en una situación así?

Sin embargo, cuántos jugadores existen en nuestras empresas jugando ese juego?

Cuantos de sus empleados saben claramente lo que deben de hacer, como lo deben de hacer y sobre todo para qué lo deben de hacer? Cuántos de sus empleados saben claramente lo que se espera de ellos? A cuantos de sus empleados realmente los evalúa en base a parámetros que le ayudan a su empresa a ganar el partido?

A las personas les gusta saber que lo que hacen importa y les gusta saber que lo están haciendo bien. Es mucho más motivante saber que se tiene un objetivo medible y que vale la pena, a simplemente asistir al trabajo a cumplir con una jornada de ocho horas.

Usted cree que los jugadores profesionales se esforzaran como lo hacen si no se llevaran estadísticas en cada juego de sus yardas, sus anotaciones, etc.? Peor aún, si no supieran siquiera si están ganando como equipo? La realidad es que no.

Los jugadores profesionales requieren ese incentivo para desempeñarse a su mejor nivel. No quisiera que sus empleados se esforzaran para desempeñarse a su mejor nivel también?

No es cuestión de presionar un botón y todo resuelto. Es cuestión de un trabajo continuo con la personas. Pero para simplificarlo un poco solo hágase una pregunta: Para qué está esa persona en la empresa? Ahora transmítale eso a su empleado con lujo de detalles y este será el punto de partida para posteriormente definir como le llevará el “score”. Pero si no tiene claro usted el para qué está el empleado en su empresa, imagine que tan claro lo está para su empleado y la repercusión que esto puede tener en sus resultados.

En el terreno de juego cada quien sabe su función. Cada quien sabe si la desempeñó bien a través de sus estadísticas personales y las del equipo. Cada quien se esfuerza para lograr ese objetivo común. Esto es cierto al menos en los equipos que juegan un Super Bowl, de lo contrario no hubieran llegado a esa instancia.

Y su empresa, va en camino a un Super Bowl?

Saludos!

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial