En este espacio buscamos compartir con usted información y nuestras opiniones y comentarios de diferentes temas que creemos pueden ser de su interés
Somos ranas hirviendo?
Publicado: el lunes 18 de junio de 2012 | Por: Francisco
“El mayor peligro no es apuntar muy alto y fallar. El mayor peligro es apuntar muy bajo y acertar”.
Existe un relato o “teoría” que dice que si colocamos una rana en un recipiente con agua, lo ponemos en una estufa y poco a poco elevamos la temperatura, la rana cada vez estará acostumbrándose al cambio, o bien, no lo percibirá, hasta llegar al punto en que estará hirviendo y morirá. Por el contrario, si echamos una rana en agua hirviendo, ésta brincará hacia fuera inmediatamente.
Desconozco la validez y exactitud científica del comentario, y no tengo la intención de hacer el experimento, pero la analogía es buena si comparamos en muchas ocasiones a la rana con nuestras vidas o con nuestras empresas.
Muchas veces caemos en nuestra “zona de confort” aunque esta no sea tan confortable. Preferimos seguir viviendo siempre igual y no hacer ningún cambio. Probablemente esto no nos llevará a que “nos hierva el agua” pero si nos impedirá de vivir una vida plena y cuando queramos cambiar, probablemente será demasiado tarde.
Por otra parte, nuestro entorno cambia constantemente y para alcanzar el éxito personal y en nuestras empresas debemos adaptarnos continuamente. De lo contrario, poco a poco y sin darnos cuenta, la competencia nos quitará clientes, los que tenemos empezarán a bajar su nivel de satisfacción, los empleados irán perdiendo amor a la camiseta, los ascensos se los darán a alguien más, etc. Esto puede ser el efecto de nuestra apatía y nuestra cerrazón al cambio.
La mediocridad en nuestras vidas y negocios puede ser como esa agua tibia que no queremos dejar como la rana. Para qué cambiar? Para qué mejorar? Si no estoy tan mal no creo que valga la pena. Para que esforzarme en salir de esta “olla con agua tibia”? Probablemente allá afuera me vaya peor. Cuántos de nosotros no hemos estado así? Cuántas empresas no razonan su situación de igual manera?
El cambio muchas veces asusta. El desarrollarnos cuesta, pero me atrevo a pensar que la mediocridad cuesta mucho más. Y si no estamos dispuestos a esto, que no nos extrañe que cuando volteemos hacia atrás nos demos cuenta de todo lo que se pudo hacer y no se hizo. Demasiado tarde.
La buena noticia es que podemos salir del agua tibia en el momento que nosotros lo decidamos!
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Vivir como Kamikaze
Publicado: el lunes 11 de junio de 2012 | Por: Francisco
“Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre.” – Gandhi
El título de este artículo hace referencia a los pilotos japoneses que durante la segunda guerra mundial se hicieron famosos por sacrificar sus vidas al estrellar sus aviones en los blancos del enemigo convirtiéndolos prácticamente en “misiles” y a ellos en mártires de su país.
Sin embargo, la intención de esta aportación no tiene nada que ver con aspectos suicidas sino todo lo contrario.
El título se debe a que hace unos días escuché un relato que mencionaba a un piloto kamikaze y lo que fue su vida mientras estaba en las filas de la fuerza aérea japonesa durante esta guerra. Durante la guerra, diariamente se publicaba una lista de los pilotos que saldrían a combate. Esto significaba que ese sería su último día de vida ya que la consigna era estrellar su avión en el enemigo.
Imagina lo que era cada día amanecer preguntándose si su nombre aparecería en esa lista. Diariamente acudir a trabajar para verificar si hoy es tu último día de vida. Cómo crees que viviría ese piloto cada día? Cómo viviríamos nosotros nuestra vida de estar en esa situación?
La realidad es que ninguno de nosotros somos pilotos Kamikaze, pero todos estamos de cierta manera en la misma situación ya que nunca sabremos si hoy será nuestro último día de vida. Y si así fuera, qué nos gustaría hacer? Cómo lo quisiéramos vivir?
Estoy seguro que si estuviéramos en la situación de este piloto, cada día lo veríamos como un regalo. (Y si no somos Kamikaze no lo es?) Trataríamos de pasar y disfrutar nuestro tiempo con quienes más queremos y tratando de con el poco tiempo disponible dejar un legado positivo. En resumen, trataríamos de vivir nuestra vida al máximo. Sacarle jugo a cada minuto.
Habemos quienes caemos en la rutina y esta nos lleva al desánimo muchas veces. Muchas veces sacrificamos nuestro presente porque así ha sido nuestro pasado. “Siempre he sido así. No puedo cambiar”.
O bien, lo sacrificamos en favor de nuestro futuro. “Trabajaré sin disfrutar de la vida para vivir mejor en el futuro”.
No se trata de “vivir al día” sin pensar en nuestro futuro, pero el presente no debiera ser sacrificado por éste. Esto no significa no trabajar ni mucho menos, sino que lo que hagamos realmente nos llene y que al final del camino no sea motivo de arrepentimiento sino de orgullo.
La realidad es que nuestro pasado no tiene por qué limitar nuestro presente, así como vivir el presente no tendría por qué mermar nuestro futuro.
La pregunta entonces que nos debemos de hacer es: Por qué necesitamos ser un piloto kamikaze para vivir al máximo? Por qué no vivir al máximo hoy? De cualquier forma, cada día que pasa es un día que no volverá y es un día que nos acercamos al final del camino en esta vida.
Incluso si nos aseguraran que viviremos 100 años, cuando tengamos 99 años seguramente extrañaremos los días, las horas y los minutos que desperdiciamos y no estaremos precisamente felices de que el tiempo “pasó volando”. La triste realidad es que esos días desperdiciados no volverán así que está en nosotros el vivir más y desperdiciar menos.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Tus reuniones: Costo o Inversión? (Segunda parte)
Publicado: el martes 5 de junio de 2012 | Por: Francisco
“Cuando estoy hablando, acepto que las personas vean su reloj. Pero lo que no puedo tolerar es que lo miren y se lo acerquen a su oído para ver si se detuvo” – Archard
Continuando con el tema que anteriormente comentamos respecto a la efectividad de nuestras reuniones, en este artículo trataremos de hablar de algunas sugerencias a aplicar en ellas.
Pero antes de aplicar alguna posible “solución” a nuestras reuniones debemos preguntarnos y analizar: Qué no está funcionando? Cuál es la brecha que existe entre nuestras reuniones y lo que sería nuestra reunión ideal? A qué se debe esta brecha?
Por otra parte, si se corrige una situación, debemos cuidar que al corregirla no nos vayamos al otro extremo de ese problema. Por ejemplo: No se trata de pasar de una reunión donde nadie habla a una reunión donde todos hablan al mismo tiempo.
Después de tener eso presente, a continuación compartimos algunas de las situaciones que pueden estar afectando sus reuniones y recomendaciones para cada caso.
“En mi reunión nadie habla” – En esta caso se podrá intentar que cada quien tenga un punto asignado de una orden del día predefinida para que todos participen y una vez que dan el primer paso se abran a una reunión más interactiva.
“En mi reunión todos hablan y nadie escucha” – Debe existir un líder que defina el “para qué” de la reunión y en el momento que se han desviado del objetivo, éste deberá encausar nuevamente la discusión. Tener una orden del día y asignar puntos puede servir también.
“No se concreta nada” – Puede ser un efecto de los dos anteriores. En este caso el líder puede solicitar a los participantes sus opciones para después buscar un consenso. De lo contrario buscar un voto mayoritario donde el líder tiene derecho a “veto” de la decisión. Otra opción es que el líder exija al grupo al finalizar la reunión que lleguen a una decisión en un tiempo limitado para evitar que la discusión se extienda indefinidamente. Para evaluar las opciones hay diferentes formas de hacerlo pero eso en sí mismo ya es un tema que valdría la pena analizar aparte.
“El jefe o alguien más se impone” – Cuando se presenta esto, primero que nada el líder debe estar consciente de esta situación y tener la apertura para mejorar. Una técnica que se puede hacer es pedir a cada miembro que anote en una tarjeta lo que opina respecto al tema a tratar al inicio de la reunión. De esta forma, durante la discusión en la que normalmente se impone la opinión de alguien, limitando la aportación de los demás, se pide a cada participante que comente lo que dice su tarjeta, la cual contiene su opinión antes de ser “influenciada” por la persona “dominante”.
“No hay seguimiento a las conclusiones acordadas” – Si este es el problema, probablemente el asunto tratado no era tan importante en primer lugar. Pero si el tema es relevante, algo que puede funcionar es el elaborar minutas donde se dejen asentadas las actividades que seguirán después de la reunión y los responsables de las mismas. De esta forma, se podrá medir el seguimiento en base a esa minuta en el inicio de la próxima reunión.
Estas son solo algunas de las posibles situaciones que se pueden presentar y algunas sugerencias. Cada empresa es diferente y sus problemáticas también.
Nos queda la tarea de analizarlas y decidir que acciones pudieran ayudarnos a tener reuniones mucho más efectivas y productivas. Lo que sí debe ser la regla, independientemente de la situación: si su reunión no funciona, es aburrida, improductiva, etc. tiene que cambiar algo, de lo contrario, seguirán así y quejarnos no lo va a solucionar.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Tus reuniones: Costo o Inversión?
Publicado: el lunes 28 de mayo de 2012 | Por: Francisco
“Para que se lleve a cabo algo en un comité, este debe consistir de máximo tres personas, dos de las cuales deben de estar ausentes” – Robert Copeland
Las reuniones son necesarias en las empresas? Son un mal necesario? O son simplemente un mal?
Es muy común escuchar quejas por las grandes pérdidas de tiempo en las empresas por reuniones improductivas, innecesarias y que en ocasiones parecieran interminables. Pero si hay tantas personas en contra de las reuniones por qué no desaparecen? Habrá diferentes explicaciones para diferentes personas, pero en mi opinión las reuniones son una “herramienta” para la discusión, interacción y comunicación entre los miembros de un equipo de trabajo. Pero qué tanto necesitamos interactuar, comunicar y discutir? Como en tantas otras cosas en la vida, los excesos son malos.
Pero la otra cara de la moneda, una empresa donde nunca hay reuniones puede provocar que miembros del equipo se sientan ignorados porque nunca se les toma en cuenta en la toma de decisiones o al menos para informarles de las decisiones. La desmotivación causada pudiera provocar una improductividad en la empresa incluso mayor a la de reuniones continuas.
Entonces: Las reuniones deben o no existir? Deben existir en la medida que sean realmente una inversión y no un costo para la empresa. Y la diferencia entre una inversión y un costo es que la primera genera un beneficio futuro y el segundo no.
Hay múltiples publicaciones respecto a este tema, así que este escrito no busca cubrir todo lo visto sobre el mismo, sino el reflexionar sobre él. No creo que haya recetas mágicas para las reuniones. Habrá quien indique un tiempo máximo, habrá quien indique un tiempo mínimo. Otros dirán que el número máximo de participantes debe ser mayor o menor a una cantidad de personas. Otros dirán que todos deben hacer uso de la palabra de manera ordenada mientras que otros probablemente sugieran que esto sea de manera espontánea. Como podemos ver las opciones son muchas, pero la realidad es que las reuniones deben tomar en cuenta la “personalidad” de la empresa y de su líder. Qué tipo de empresa somos o queremos ser? Nuestras reuniones deben ser congruentes con ello. Qué tipos de personas queremos en la empresa? Las reuniones deben considerar esto también.
Definitivamente las reuniones no deben ser largas ni aburridas. En eso todos coincidiríamos. Pero además del sello propio de cada empresa, cada reunión puede ser para diferentes asuntos. Algunas serán por una crisis, otras será para informar y otras para planear o tomar decisiones. No podemos forzar estas diferentes reuniones a un “molde” rígido.
Por último, habría que analizar por qué nuestras reuniones no están resultando productivas. En algunas puede ser porque nadie habla. En otras porque todos hablamos al mismo tiempo. En muchas ocasiones será que después de tres horas de discusión no se concreta ninguna decisión. O en ocasiones se toma la decisión pero no se le da seguimiento convirtiendo de cualquier forma la reunión en una pérdida de tiempo.
Tenemos algunas reuniones en las que una persona se impone e impone su punto de vista. Por lo general el jefe, pero no necesariamente. Pero también tenemos reuniones que se pueden convertir en un caos.
En la segunda parte de este artículo comentaremos algunas recomendaciones para las diferentes situaciones que se pueden presentar en nuestras reuniones, pero por lo pronto reflexionemos primero en lo siguiente:
Para qué hago la reunión?
Qué obtengo si la hago?
Qué necesita pasar para lograr ese objetivo que tengo en mente?
Y qué pasaría si no la hago?
De esto dependerá primero el si llevo a cabo la reunión, y segundo, el como la llevaré a cabo.
Un ejercicio interesante sería preguntar a su equipo su opinión de sus reuniones… podemos encontrar información interesante… y una que otra sorpresa!
Nos leemos en la segunda parte…
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Inteligencia emocional: Del conocer al reconocer
Publicado: el lunes 21 de mayo de 2012 | Por: Francisco
“Estamos siendo juzgados bajo un nuevo criterio: no sólo por cuán inteligentes somos, o por nuestra formación y experiencia, sino también por la forma e que nos manejamos con nosotros mismos y con los demás”. – Daniel Goleman.
-“Estás enojado?”
-“No tengo nada!”
-“Por qué estás molesto? Qué tienes?”
-“No sé! No tengo nada!”
—————————————-
Esta escena se pudiera repetir con el miedo, la tristeza o incluso la felicidad. La inteligencia emocional es un concepto que ha cobrado mucha fuerza en los últimos años y en lo personal la describo como el tener la capacidad de reconocer nuestras propias emociones y las de los demás, ante diferentes situaciones y una vez conociéndolas, analizar sus orígenes para poder responder en vez de reaccionar.
Daniel Goleman es quien hizo famoso este concepto a través de sus artículos y libros, y otros autores han recogido este concepto. Fred Kofman en su libro “La empresa consciente” menciona algunos elementos para “dominar” nuestras emociones.
El primer paso es conocer nuestras emociones y estar conscientes de lo que sentimos en un determinado momento. Al reconocerlo, debemos de hacerlo sin juzgarlas ni juzgarnos a nosotros mismos. Nuestro cuerpo, nuestra persona está sintiendo esa emoción. No es ni buena, ni mala. Es una reacción natural y no podemos pedirle a nuestro ser no sentir ciertas emociones ante ciertos eventos.
Sin embargo, es importante que una vez que estamos conscientes de lo que estamos sintiendo, tengamos la capacidad de regular nuestros impulsos. No es lo mismo, el impulso que la emoción. Puedo estar muy molesto contigo (emoción), pero esto no significa que por eso deba golpearte (impulso).
El siguiente paso sería entonces, una vez que reconocemos y regulamos nuestras emociones, el identificar el origen de las mismas. Qué nos molestó? Que nos puso tristes? Qué me provoca ese miedo? En la medida que conozcamos su origen, podremos responder mejor a nuestras emociones y a las situaciones que las provocan.
Lo interesante aquí es que las emociones son generadas por creencias o interpretaciones de cada uno de nosotros. En otro artículo mencionamos que una cosa son los hechos que realmente pasan y otra distinta, la percepción e interpretación que cada uno tenemos de ellos.
Por ejemplo, Kofman señala las siguientes emociones y la interpretación que hace que las sintamos:
Felicidad – Creo que pasa algo bueno
Tristeza – Creo que pasa algo malo
Entusiasmo – Creo que algo bueno puede pasar
Miedo – Creo que algo malo puede pasar
Gratitud – Creo que alguien hizo algo extraordinario por mí
Coraje – Creo que alguien me lastima
Culpa – Coraje hacia uno mismo
El mismo hecho puede provocar diferentes emociones en diferentes personas, así como el mismo hecho puede provocar diferentes emociones en uno mismo dependiendo de las circunstancias.
De esta forma, el último paso que nos faltaría para crear conciencia de nuestras emociones es el poder expresarlas adecuadamente. Nuestro sentimiento y lo que lo provoca. Y en la medida que lo podamos hacer, podremos ir profundizando cada vez más e irnos conociendo.
“Siento coraje cuando llegas tarde porque interpreto que no te importo tanto como tus otras ocupaciones y eso me lastima. Crees que tiene sentido lo que te digo? Me gustaría que me dedicaras más tiempo por lo que te quiero pedir que…”
Una manera muy diferente de reconocer y expresar nuestras emociones.
Responder a ellas y no reaccionar a ellas. Esto puede hacer una gran diferencia en nuestra vida.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
La humildad del líder
Publicado: el lunes 14 de mayo de 2012 | Por: Francisco
«Ser humilde para con los superiores es un deber; para con los iguales, una muestra de cortesía; para con los inferiores, una prueba de nobleza.» – Benjamin Franklin
Sin duda uno de los personajes más admirados de la historia reciente es Nelson Mandela. Su biografía es verdaderamente un caso de estudio, pero en este espacio quiero aprovechar solo un breve relato que hace algunos días encontré en el que hacen referencia a su persona.
Se dice que un hombre de negocios asistió a una cita con Mandela en el palacio presidencial mientras era Presidente de Sudáfrica. El empresario se sorprendió al llegar porque Mandela se encontraba esperándolo en el estacionamiento para recibirlo. Mandela lo saludó, así como a su chofer. Después de esto, el presidente y el empresario entraron al palacio donde desayunarían mientras que el chofer regresó al automóvil a esperar.
Una vez en la mesa Mandela le pregunta al empresario: “Pensé que eran dos personas” a lo que el empresario responde: “No. Vengo yo solo”. “Y qué hay del otro caballero que saludé?” insistió el presidente. “No, señor, él es solo un chofer. Él esperará en el auto” respondió.
Para sorpresa del hombre, Mandela se levantó de su lugar y fue al auto y al regresar anunció a la servidumbre: “El caballero nos acompaña a desayunar, podrían poner otro plato por favor?”
Sin duda, debió ser una verdadera lección tanto para el empresario como para el chofer.
La pregunta es: Cuántos de nuestros líderes realmente tendrán esa humildad? Más aún: Cuántos de nosotros, independientemente de nuestra posición, tenemos esa humildad?
La humildad, el tratar a las personas como iguales independientemente de su posición social o económica, o de la nuestra, es una cualidad que todos debiéramos perseguir. Sin embargo, para las personas en posiciones de liderazgo esto es aún de mayor importancia si aspiran a ser verdaderos líderes. Hay quien dice que la autoridad es un pobre sustituto del liderazgo. Lo que sí es cierto, es que un líder carente de humildad caerá en la arrogancia y en la prepotencia provocando que la gente no le siga. Probablemente le obedezca, pero no le seguirá.
Tú crees que Mandela ganó o perdió al actuar de esa manera? Perdería el respeto de las personas? Seguramente lo ganó. Seguramente la imagen de estas personas y “el sabor de boca” que se llevaron de el presidente superó sus expectativas. No tenía nada que perder si en vez de esperar a la persona en el estacionamiento le esperaba en su despacho y probablemente lo hacía esperar 15 minutos. A fin de cuentas era el presidente! No hubieran hablado mal de él si dejaba al chofer esperando. Que más da… Solo era un chofer!
Liderazgo puede a veces sonar un concepto trillado, sobreexplotado y en ocasiones mal empleado. Pero esto no lo hace ser menos importante. El verdadero liderazgo se basa en las personas, y el verdadero líder también. Se preocupa por ellas de una manera auténtica, no de una manera manipuladora. El que busca que lo sigan, pensando en sí mismo, difícilmente lo conseguirá. Pero aquel que realmente piensa en los demás es quien siempre tendrá quien le siga.
Humildad no es sumisión. Humildad no es hacerse menos. Humildad es hacerse igual. Y al final del camino, todos somos personas con pensamientos y sentimientos. El verdadero líder sabe y reconoce esto.
Humildemente…
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Ser-Hacer-Tener
Publicado: el lunes 7 de mayo de 2012 | Por: Francisco
“La vida mejora, cuando mejoras tú como persona.” – Virend Singh
Ser – Hacer – Tener (Be-Do-Have) es un modelo que se ha venido mencionando recientemente como una fórmula para el éxito. Pero… qué es el éxito? Esto dependerá de cada uno de nosotros. El éxito no se mide en diplomas, ni en viajes, ni en millones, ni en aplausos. El éxito es algo intrínseco a cada uno de nosotros. Tan solo hace unos días acaba de morir, aparentemente por suicidio, Junior Seau considerado un exitoso exjugador de futbol americano. Reconocido, admirado, con su vida económica resuelta y sin embargo se quitó la vida.
Sin embargo, habemos muchos que siempre anhelamos que nuestra vida mejore, y sobre todo que nuestros problemas financieros se resolvieran de la noche a la mañana. Quisiéramos que el éxito tocara a nuestra puerta y que se cumplieran nuestros sueños. Sin embargo, si realmente tenemos esos sueños, qué nos impide alcanzarlos?
La realidad es que en muchos casos el problema es que ni siquiera tenemos ese sueño bien claro. Por lo mismo no actuamos para alcanzarlo si no sabemos siquiera lo que queremos alcanzar. Y obviamente nunca lo tendremos o alcanzaremos.
Por eso primero debemos SER. Debemos saber quienes somos, cuales son nuestros valores y qué es lo que realmente nos llena y lo que realmente queremos. Debemos programarnos para esa persona capaz de alcanzar esos sueños.
Una vez que “somos”, entonces viene el HACER. Trabajar para caminar hacia nuestras metas. Tomar decisiones, prepararnos, esforzarnos, construir nuestro propio camino. Estas primeras dos etapas requieren de esfuerzo y un nivel de auto-conciencia elevado.
Por último, viene el TENER. Cosechar los frutos de nuestros esfuerzos tanto en lo individual como en nuestras relaciones, familia, profesionalmente, etc. y esto no es necesariamente medido con pesos y centavos, pero incluso si se tratara de pesos y centavos también se debiera de seguir este mismo camino para que el tener tenga sentido.
El problema está cuando queremos el tener sin lo anterior. Quiero tener una familia feliz pero no soy alguien que la valoro lo suficiente y no me esfuerzo día a día para que así sea? Entonces será casi imposible que la tenga. Quiero ser una persona exitosa en el ámbito profesional pero no me preparo lo suficiente y no estoy dispuesto a hacer sacrificios porque en el fondo quiero tener dinero pero no desarrollo profesional? Que no nos extrañe quedarnos en el camino.
Por otra parte podremos encontrar gente exitosa a la vista de muchos pero que anteponen el hacer o el tener al ser. Esto hará que estas personas se enfoquen más en conseguir muchas veces logros materiales o satisfactores externos, o bien, en que su felicidad esté determinada por elementos externos. Probablemente sean “felices” al comprar una mansión… siempre y cuando el vecino no compre una más grande!
Ser-Hacer-Tener no es un receta mágica. Solo es un camino que se tiene que caminar.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Percepción o Realidad?
Publicado: el lunes 30 de abril de 2012 | Por: Francisco
“Para cambiarnos a nosotros mismos efectivamente, primero debemos cambiar nuestras percepciones” – Covey
Hace aproximadamente un año, mi madre tuvo un pequeño accidente automovilístico. Después de unos minutos llegué al lugar del accidente (que realmente era muy leve) pero el otro automóvil ya no estaba. “Qué pasó?” – le pregunté. “No sé bien” – fue su respuesta.
Inicialmente su versión fue que ella por descuido probablemente se le atravesó al otro vehículo y al sentir el golpe se detuvo más adelante para poder hacerme la llamada pero para su sorpresa el otro auto no se quedó en el lugar. Al llegar yo, estaba nerviosa y con sentimiento de culpabilidad. Después de ver más a detalle el golpe, y al no haberse quedado para reclamar, llegamos a la conclusión que quien había tenido la culpa del choque era la otra persona. Al ver a mi madre aún algo desanimada por lo ocurrido, le explicamos que no era su culpa, le mostramos el choque y el por qué no podía haber sido como ella creía inicialmente. En ese momento, sus sentimientos cambiaron y de una “tristeza” y culpabilidad se transformaron en coraje hacia quien le había chocado y no había respondido a su error yéndose de la escena.
A qué viene este relato?
Es una manera de ejemplificar el papel tan importante que juegan nuestras percepciones en nuestra vida. En este caso existió un hecho: Un choque. Pero ese mismo hecho puede tener diferentes interpretaciones y percepciones cuando pareciera que no hubiera lugar a ello por ser algo concreto y objetivo. De la tristeza al coraje en segundos, cambiando la percepción sobre el mismo hecho. Cuántas veces no estamos dejando que nuestras percepciones se interpongan en nuestro camino? Cuantas veces somos infelices por culpa de nuestras percepciones? Cuántas veces nos limitamos por nuestras percepciones?
La buena noticia es que es algo que podemos cambiar. Podemos auto-educarnos a tratar de ver la vida de una manera diferente. El mundo no es color de rosa se dice. Pero si te pones unos lentes rosas probablemente sí lo sea. O no? En su libro “El hombre en busca de sentido” Viktor Frankl ejemplifica de gran manera esto ya que a pesar de encontrarse prisionero en un campo de concentración nazi durante la segunda guerra mundial siempre mantuvo una actitud positiva. Fue Frankl quien dijo : «Todo puede serle arrebatado al ser humano… excepto la última de las libertades: elegir su propio camino, y la actitud con que se enfrentará a una determinada circunstancia».
Y estas percepciones las usamos tanto para hacer juicios de nosotros mismos y nuestras circunstancias, influyendo en nuestra actitud y nuestro estado de ánimo, como para los juicios que hacemos de los demás y del entorno en general. Cuantos conflictos se originan por diferencias en percepciones? Muchos. En el momento que le demos a la realidad su lugar y a la percepción el suyo, muchas de nuestras situaciones problemáticas cambiarán. La realidad son los hechos. Estos son lo que son y punto. La interpretación que les damos y la percepción que filtramos son nuestros y de nadie más así que no podemos tratar de imponer en los demás lo que es algo nuestro como si fuera la realidad. Así como tampoco debemos auto-imponernos bloqueos o sentimientos producto de nuestras mismas percepciones.
La próxima vez que tengamos un conflicto hagamos una pausa y analicemos: “Qué de esto que discuto es un hecho, y que es mi propia percepción?”. Y la próxima vez que estemos deprimidos, tristes, enojados, etc. hagamos una pregunta similar: “De lo que me está pasando, cuál es el hecho en sí y qué percepción tengo de ello?. Si cambiara mi percepción qué pasaría?”. No se trata de cambiar siempre nuestras percepciones. Se trata de reconocer que éstas no son hechos y por lo tanto son solo nuestras y son modificables. En el momento que hagamos esto estaremos dando un gran paso.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
168
Publicado: el lunes 23 de abril de 2012 | Por: Francisco
168 horas son las que tenemos a nuestra disposición cada semana. Alguna vez te has preguntado en qué las utilizas?
Hace unos días me topé con esa pregunta en un libro y la verdad es que al hacer el análisis te puedes llevar algunas sorpresas. No existe una administración del tiempo ideal ya que cada quien tenemos diferentes actividades, circunstancias, etc. Lo que sí es una realidad es que ninguno de nosotros podemos administrar el tiempo, ya que todos tenemos las mismas 168 horas cada semana. No las podemos “administrar” y pensar en ahorrar una pocas para la próxima semana. Lo único que está a nuestro alcance es administrar nuestras actividades y el uso que le damos a ese tiempo.
Cuánto tiempo trabajas? Cuánto tiempo duermes? Cuánto tiempo te diviertes?
Es común que nos quejemos de que no nos alcanza el tiempo, pero cuantas veces realmente hemos analizado en qué se nos va?
Te invito a hacer el siguiente ejercicio:
Calcula o “presupuesta” en qué utilizas tus 168 horas cada semana. Muy probablemente te darás cuenta que después de dormir, trabajar, comer, pasar tiempo de ocio, tiempo con la pareja, tiempo con los hijos, etc. aún te sobran algunas horas cada semana. Si este es el caso, entonces a donde se van?
Ahora bien, la segunda parte del ejercicio sería que en esa semana que “presupuestaste”, lleves un registro de las actividades que realmente realizaste y el tiempo que cada una te consumió. Se parecen a lo que pensaste? A dónde se fueron aquellas horas que nos quedaban disponibles?
Si tu tiempo está correctamente aprovechado (Ojo! no dije administrado) felicidades! Pero si no es así, entonces te sigue aplicando el “no me alcanza el tiempo”? Crees que puedes leer más, estudiar, desarrollar un proyecto nuevo, generar un ingreso adicional, etc. con esas horas sobrantes? O bien, podrías cambiar un poco la proporción de las actividades que consumen tu tiempo? Que pudieras dejar de hacer? Que debieras de estar haciendo que no haces?
Cada quien tenemos metas diferentes en la vida, pero la verdad es que nadie puede quejarse por no tener tiempo suficiente. Aquellas personas exitosas a través de la historia sabes cuántas horas tenían cada semana? 168.
Así que la próxima vez que sintamos que el tiempo no nos alcanza pensemos en qué hicimos con esas 168 horas!
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
En la siguiente liga se encuentra un formato que pudiera servirte de muestra para realizar este ejercicio. Se encuentra en formato pdf y Excel. Espero te sirva.
http://crececoach.com.mx/categoria/recursos/area_de_descargas/
Enfoque. Requisito para el éxito.
Publicado: el lunes 16 de abril de 2012 | Por: Francisco
“Nada te da más poder que enfocar todas tus energías a una sola meta”
En diversos libros podemos encontrar la importancia de establecer metas, de mantenerse enfocados en estas y trabajar para alcanzarlas y de esta forma lograr el éxito. Esto siempre me había hecho sentido al leerlo pero nunca como ahora. Con mucha gente que me rodea, con quienes trabajo e incluso en mi misma persona me he dado cuenta de la gran importancia de tener claridad en nuestras metas. Qué pasa cuando vemos una presentación borrosa en un proyector? Ajustamos el enfoque verdad? De lo contrario esa proyección no tendría ningún sentido porque está difusa. Lo mismo pasa con nuestra vida. Si no enfocamos no tendremos claridad y si perseguimos 50 metas al mismo tiempo, nuestros esfuerzos no tendrán sentido.
Imagine un corredor de un maratón que cada kilómetro lo vuelve a empezar. Eso nos pasa mucho y a muchos.
Hay emprendedores que inician un proyecto y a la mitad se “emocionan” con otro dejando el primero tirado. Profesionistas que quieren lograr ascender profesionalmente pero los tienta la idea de ser independientes. Empresarios que quieren consolidar su empresa pero primero inician otra. Consultores que no saben si prefieren impartir cursos, dar clases, escribir artículos o libros, trabajar con empresas, etc. Ejemplos podemos encontrar muchos, pero la pregunta aquí es: Cuántas veces no nos ha pasado que mientras traemos la euforia y la emoción del nuevo proyecto estamos “comprometidos” con él, para que unos días después se enfríe y otra idea se nos meta en la cabeza? Seguramente a todos nos ha pasado alguna vez. Lo complicado de esto es como la clásica pregunta del huevo y la gallina: Perdemos el enfoque porque nuestra meta no era la correcta o nos desviamos de la meta porque perdimos el enfoque?
Por el contrario, las personas verdaderamente exitosas son aquellas que tienen realmente claro lo que quieren lograr. Definen el camino que van a seguir y no descansan hasta lograr su meta. El común denominador de las personas exitosas que he tratado es un alto nivel de enfoque y compromiso con el logro de la meta trazada sin ceder a las demás tentaciones. Y en estas tentaciones podemos contar tanto al relajarnos y cambiar el trabajo por la televisión, como al que nos distraiga la nueva receta para ser millonario que le funcionó al vecino.
Si usted tuviera que atravesar un bosque para rescatar a un hijo o un ser querido en peligro, cree que se desviaría porque en el camino encontró un lago para descansar o porque tiene que atravesar una zona llena de insectos que implica este y otros severos sacrificios? Si tenemos clara nuestra meta, y esta a su vez tiene un “para qué” lo suficientemente fuerte para nosotros, entonces debemos comprometernos con ella y trabajar enfocados ya que de lo contrario cada cierto tiempo estaremos nuevamente en el punto de salida.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
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Francisco Javier Duarte R.
Coach/Consultor
Con 11 años de experiencia a nivel gerencial en un grupo empresarial regional.
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