En este espacio buscamos compartir con usted información y nuestras opiniones y comentarios de diferentes temas que creemos pueden ser de su interés
Qué tanto lo queremos?
Publicado: el miércoles 29 de agosto de 2012 | Por: Francisco
“Nuestra mayor gloria no es nunca caer, sino levantarnos cada vez que caemos”- Confucio
En una oportunidad un joven le preguntó a Sócrates, por el secreto del éxito. Sócrates le dijo al joven que se encontrara con él en las cercanías del arroyo al amanecer siguiente. Muy temprano en la mañana el joven se presenta al lugar donde había quedado encontrarse para conocer el secreto del éxito. Sócrates le dijo al joven que avanzara con él hacia el arroyo. Cuando el agua alcanzo hasta su cuello Sócrates sorprendió al joven y lo introdujo en el agua. El joven forcejeaba por salir pero Sócrates era fuerte y lo aguantó allí hasta que el chico empezó a quedarse sin respiración. Momentos después Sócrates sacó la cabeza del joven fuera del agua y lo primero que el joven hizo fue tomar aire. Sócrates le preguntó: “¿Qué fue lo que más deseaste cuando estabas ahí?” El joven respondió: “Aire”. Sócrates señaló: “Ese es el secreto del éxito, si deseas el éxito tan tenazmente como ansiabas aspirar el aire, entonces alcanzarás conquistarlo. No existe otro secreto…”.
Sin temor a equivocarme, creo que todos queremos alcanzar el éxito. Probablemente el éxito tendrá diferentes definiciones para cada uno de nosotros, pero todos lo queremos. Algunos en el ámbito profesional, otros en el familiar, algunos en el mundo artístico y probablemente otros en el deportivo entre otros tantos posibles campos, pero todos tenemos una meta que queremos alcanzar.
Sin embargo, el éxito es algo muchas veces escurridizo para muchos de nosotros. Pero esta dificultad se debe en primer lugar a que no tenemos la seguridad de lo que queremos lograr. Dado que el éxito no es lo mismo para todos, lo primordial es que tengamos nuestra propia definición realmente clara. Una vez que ya la tengamos, la segunda parte será trabajar para alcanzarlo.
Como menciona el relato de Sócrates, el joven tenía muy claro que lo que quería y necesitaba era aire, y todos sus esfuerzos eran con ese fin. Probablemente Sócrates era más fuerte que él y a pesar de querer con todas sus fuerzas el aire, esas ganas y esfuerzos hubieran sido insuficientes para obtener lo que quería. Pero iba a hacer todo lo posible para lograrlo aún si pareciera casi imposible. Las buenas noticias son que nosotros tenemos toda una vida para luchar contra todos esos obstáculos, no solo unos segundos como el joven del relato. Tenemos toda una vida para hacernos más fuertes para que “Sócrates” no pueda someternos si ese fuera el caso, aunque en muchas ocasiones esos obstáculos o esa opresión podemos ser nosotros mismos, con nuestros hábitos, nuestra indisciplina, etc. por lo que también debemos trabajar para vencerlos.
Probablemente cueste mucho esfuerzo, pero si estamos 100% convencidos de qué es lo que queremos entonces ese esfuerzo no debiera de costarnos tanto trabajo. El esfuerzo mas difícil de hacer es aquel que hacemos por algo que no nos importa. Pero por lo realmente importante podemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance.
Trabajemos entonces en encontrar el éxito. Encontrarlo es lo importante. Alcanzarlo, es dar los pasos en la dirección correcta. Si es la correcta, encontraremos la motivación para hacerlo. Si no es la correcta lo más probable es que nos rindamos a la mitad del camino.
Sabemos qué es lo que queremos lograr y estamos convencidos de ello?
Sabemos los obstáculos que debemos vencer?
Estamos trabajando para vencer esos obstáculos?
Buscando el éxito…
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Anclarse en el pasado
Publicado: el miércoles 22 de agosto de 2012 | Por: Francisco
“El pasado está atrás, aprende de él. El futuro está adelante, prepárate para él. El presente está aquí, vívelo.” – Monson
Dos monjes zen iban cruzando un río cuando se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo.
Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.
El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido.
Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.
Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo:
-Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido.
-¿De qué estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.
-¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.
El otro monje se rió y luego dijo:
-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando…
Este relato de origen japonés es muy conocido y existen varias versiones del mismo, pero el mensaje que busca transmitir es muy claro: Dejemos de vivir en el pasado.
En la medida que nos lamentemos continuamente de lo que pasó, de los errores cometidos, y en la medida que estos se conviertan en un ancla permanente, difícilmente podremos vivir el presente plenamente, y nuestras expectativas futuras también serán sombrías.
Si ayer cometí errores, estos no debo de traerlos al presente. Al contrario, debo hacer del presente una oportunidad para vivir mejor, de tal suerte que los errores pasados luzcan como una pequeñez.
Incluso, si el pasado tuvo cosas buenas no puedo vivir de ellas tampoco y no por añorarlas vamos a descuidar el presente.
Definitivamente el pasado nos ha dado muchas experiencias. Satisfacciones y tristezas. Nos ha ido formando y ha hecho de nosotros quienes somos hoy. No significa que no sea importante. Pero la misión de nuestro pasado es darle cimientos a nuestro presente, no cimentarnos en el pasado mismo.
El presente lo debemos de vivir tanto si ayer nos fue mal, como si nos fue bien.
Si ayer me fue muy bien, significa que hoy ya no tendré que levantarme para no echar a perder mi éxito pasado? Claro que no!
Entonces, si ayer me fue mal y cometí errores, mejor no me levanto para no tener que cometerlos de nuevo?.
La vida es dinámica, no estática, y eso será así hasta el día de nuestra muerte.
Además, si continuamente buscamos vivir de la mejor manera nuestro presente, tendremos menos cosas de que lamentarnos en el futuro.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Estamos en un zoológico?
Publicado: el miércoles 15 de agosto de 2012 | Por: Francisco
Una madre y un bebé camello estaban descansando, y de repente el bebé camello pregunta…
-…Madre; puedo preguntarte algunas cosas?
– Claro que sí !
– Por qué los camellos tenemos joroba?
– Mira hijo, nosotros somos animales del desierto, y necesitamos la joroba para guardar agua y poder sobrevivir sin ella.
– ¿Bien, entonces por qué son nuestras piernas largas y tenemos estas pezuñas?
– ¡Hijo, con ellas podemos andar en el desierto, con estas piernas nos podemos mover por el desierto mejor que nadie y las pezuñas nos sirven para no hundirnos en la arena! Dijo la madre orgullosamente.
– ¿Bien, entonces por qué son nuestras pestañas tan grandes? A veces esto molesta mi vista
– Hijo mío, esas pestañas largas y gruesas son tu tapa protectora. Ellos ayudan a proteger tus ojos de la arena de desierto y viento, dijo su madre con ojos llenos de orgullo….
– Ya entiendo. Entonces la joroba debe almacenar el agua cuando estamos en el desierto, las piernas son para andar por el desierto y estas pestañas protegen mis ojos del desierto…
¡Y de qué me sirve todo eso aquí en el zoológico!???
Todos tenemos habilidades especiales. Todos somos buenos para algo, y no tan buenos para otras cosas. También todos somos pésimos en muchas cosas. Lo importante no es ser el mejor en todo. Lo importante es sacarle el mayor provecho posible a nuestras fortalezas. La pregunta es: Lo estamos haciendo? Estamos en el lugar correcto para hacerlo?
Muchas veces estamos en un puesto de trabajo por la seguridad que este nos brinda, más que porque es el lugar indicado para nosotros. El saber que cada día de nómina recibiremos nuestro pago es más fuerte sobre todo si una familia depende de nosotros, lo cual es perfectamente entendible. El problema por un lado es que la seguridad que nos da un empleo es una falacia sobre todo en estos tiempos. Por otra parte, si estamos en un empleo donde no explotamos nuestras fortalezas, lo más probable es que no estemos teniendo un gran éxito en el mismo.
Si no hacemos lo que nos gusta, y en los que somos buenos, los resultados no serán extraordinarios. Si nuestros resultados no son extraordinarios, entonces nos convertiremos en una pieza más que en cualquier momento la empresa puede decidir mover. Y la “seguridad” donde quedó? Esta supuesta “seguridad” no existe cuando no explotamos nuestras habilidades.
Ya sea como empleados o como independientes, la seguridad nos la dará el qué tan valiosos somos y qué tanto aportamos a los demás (empresa, clientes, compañeros, etc.) y no la empresa en sí. No busquemos que el patrón nos dé la seguridad.
Debemos buscar un tiempo fuera del trabajo para ello de ser necesario, o en el mismo trabajo buscar oportunidades que nos permitan destacar y hacernos ganar esa seguridad gracias al valor que aportamos.
Lo bueno de esto es que por lo general nuestras fortalezas van de la mano con aquello que nos gusta hacer. Así que no tenemos pretextos.
Lo triste de este asunto sería que nunca explotemos esas habilidades y fortalezas.
Probablemente un camello en un zoológico tendrá una vida más fácil que uno que vive en el desierto del Sahara (lugar seguro, comida, etc.), pero seguramente nunca desarrollará el potencial que tiene y nunca se realizará plenamente.
Hay quienes nacieron para ser empleados, y ello no tiene nada de malo. El problema es ver el trabajo como un “refugio” otorgado por nuestro patrón, en vez de verlo como una arena para explotar nuestras fortalezas y seguirnos desarrollando.
Si no lo hacemos, nos arriesgaremos a vivir siempre en un “zoológico” donde nuestros dones no sirvan de nada!
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Buscar en el lugar correcto
Publicado: el jueves 9 de agosto de 2012 | Por: Francisco
-Estoy buscando mis llaves, se me cayeron hace unos momentos.
-Permíteme ayudarte.
…Después de minutos buscando en la sala él nuevamente pregunta:
-En qué parte de la sala exactamente se te cayeron?
-No se me cayeron en la sala. Se me cayeron afuera junto al coche al bajarme!
-Y entonces por qué las buscamos aquí? No entiendo.
-Lo que pasa es que aquí en la sala hay mejor iluminación.
Aunque parezca un relato totalmente irreal, habemos quienes vivimos en una aberración similar.
Habemos quienes buscamos la solución fácil a nuestros problemas, o más bien, donde pareciera más fácil con tal de “sacarle la vuelta” al esfuerzo y al sacrificio que pudiera representar encarar nuestros problemas de frente. Para qué batallar buscando en la oscuridad?
Otros, peor aún, podemos simplemente tratar de solucionar los problemas con soluciones ajenas. Buscamos las llaves donde todo mundo las está buscando. Esto resulta más fácil y cómodo, más no necesariamente efectivo.
Incongruente? Sí. Totalmente. Común? Sí. También.
Cuantos de nosotros no preferimos sacarle la vuelta a una persona con quien tuvimos una diferencia? O tratamos de ocultar un error cometido? O hacemos regalos caros para suplir nuestras ausencias? O incluso buscamos en el alcohol, la comida o el mismo trabajo solución a alguna de nuestras situaciones en vez de enfrentarlas? Acaso esto lo solucionará? Definitivamente no. Y sin embargo seguimos buscando las llaves donde está la luz no donde están las llaves a pesar de que lo sabemos! A fin de cuentas es más fácil no?
En ocasiones nos es suficiente el hacernos creer que lo estamos intentando, o el hacer creerlo a los demás. Si nos esforzamos lo suficiente, probablemente nos recompensen! O por lo menos no nos podrán reclamar que no lo hemos intentado. Sin embargo, muchas veces este esfuerzo es para tener “soluciones parciales” por rehuir a nuestros miedos, nuestras carencias o debilidades.
Enfrentemos nuestros problemas donde están. Hagamos un verdadero esfuerzo por resolverlos aunque esto implique estar un rato a tientas en la oscuridad. Si la recompensa lo vale, el esfuerzo no será en vano.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Los Números vs. Las Personas
Publicado: el miércoles 1 de agosto de 2012 | Por: Francisco
“Mientras todos están ocupados manteniendo feliz al jefe, quién se ocupa de mantener felices a los clientes y a los empleados?”
Es interesante encontrar una gran cantidad de empresas, empresarios y directivos preocupados y ocupados en mejorar sus resultados. Buscando la manera de que los números mejoren y tratando tener instrumentos para medir y evaluar el desempeño. Los números mandan.
Algunos otros empiezan luego a pensar que sería bueno definir los perfiles que debe tener su gente, las funciones que debe desempeñar y los parámetros con que se va a medir su efectividad.
Otros además se preocupan por tratar de tener una máquina bien aceitada donde se definan procesos claros y estandarizados para que el trabajo “fluya” sin mayor complicación.
Y para nada los indicadores y la evaluación de los resultados y del desempaño son malos. Tampoco lo es el tener procesos claros y bien definidos. Todos ellos son sumamente importantes y sumamente útiles para dirigir una empresa.
La pregunta que me surge es: Y las personas? Sus problemas? Su motivación? Todo eso donde queda? Y no solo de los empleados, sino de los clientes e incluso de los mismos miembros del equipo directivo.
Son tantos los aspectos que se deben cuidar de un negocio que en ocasiones pareciera que nos olvidamos que al final del camino todos somos personas con aspiraciones, con sentimientos, con problemas, con alegrías, con miedos, con limitantes, etc.
Nos olvidamos que el número en el papel es el resultado de que alguien hizo una función. De que alguien tuvo una interacción con un cliente. Y que ese cliente a su vez es también una persona no un número!
El aspecto humano, pareciera tener que estar compitiendo continuamente por ganar un “espacio” en la mente de los directivos de la empresa, pero el alto enfoque a resultados tangibles y medibles se la pone continuamente muy difícil. Es una verdadera guerra por ganar la atención, las energías y el tiempo de los directivos.
Pero los verdaderos líderes debieran de dedicar tanto tiempo a las personas como a lo demás aspectos vitales del negocio, o incluso más.
Y es que no debieran estar peleados. Al contrario, es una continua relación causa efecto, pero que pareciera que se diluye fácilmente.
Un incremento en ventas en un estado financieros es visto como algo tangible. Una nueva promoción se puede identificar claramente con ese incremento en ventas. Pero el contar con personal de ventas y servicio al cliente motivado, feliz de realizar su trabajo y comprometido con la empresa pareciera no establecerse claramente como una causa para este mejor resultado. De igual forma, tampoco pareciera que el dedicarle tiempo al aspecto humano pudiera ser una causa para que estos empleados se encuentren felices, motivados y comprometidos. En muchas ocasiones asumimos que las personas somos casi robots. Nos auto-motivamos y no requerimos más motivación cuando hacemos bien las cosas. Nos auto-informamos y no requerimos que nos recuerden y transmitan la visión de la empresa. Nos auto-corregimos y no requerimos retroalimentación cuando podemos hacer algo mejor. La realidad es otra muy distinta.
Sin embargo, es raro (pero sí los hay) encontrar directivos que estén pensando analizar su aspecto humano para ver sus “resultados” en este aspecto y de esta forma buscar la manera de mejorarlo y hacerlo más saludable y propicio para que se logre lo que la empresa quiere. Si bajan las ventas, inmediatamente se busca una promoción o alguna otra estrategia para levantarlas. Y si baja la satisfacción del personal? O la capacidad de trabajo en equipo? O si la comunicación interna es mala? Qué hacemos? O peor aún, lo sabemos?
Y a fin de cuentas, es solo una cuestión de cambiar un poco el enfoque y empezar a que se vea esto “del aspecto humano” no como un tema “soft”, sino también como una causa de esos números y resultados que tanta atención obtienen de los directivos.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Como atrapar un mono
Publicado: el lunes 23 de julio de 2012 | Por: Francisco
“En 20 años estarás más arrepentido de las cosas que no hiciste, que de aquellas que hiciste” – Twain
Leí hace unos días que algunas tribus africanas capturan monos de una manera muy práctica sin el uso de artefactos avanzados ni armas. En el tronco de un árbol hacen un hoyo de una medida que la mano del mono pueda entrar justa. En el interior de ese árbol depositan frutos u otros alimentos que le resultan irresistibles al mono. Eso es todo. Qué pasa? El mono al llegar al árbol, introduce su mano, toma un gran puñado de los alimentos y para su sorpresa al querer sacar su mano, esta no cabe por donde entró debido a que está llena y su tesoro le impide que salga. Para que salga debiera dejar ir lo que ya tiene en las manos. Sin embargo, se esfuerza una y otra vez por querer sacar su mano con los alimentos, y es en este continuo esfuerzo que los “cazadores” pueden tranquilamente echar mano de él.
Creo que algunos de los que leamos esto, podemos identificarnos con estos monos. Cuántos de nosotros nos aferramos a no soltar lo que tenemos aunque esto implique el lograr lo que realmente queremos? Por no soltar algo que tenemos seguro podemos convertirnos en “presas”. Preferimos no dejar ir aunque esto implique estar realmente atrapados.
Es importante que cada uno de nosotros evaluemos si esta es nuestra situación. No significa que todos debamos de hacer cambios radicales y dejar lo que hoy tenemos. Habemos diferentes tipos de personas y probablemente a algunos les haga feliz el mantener esa seguridad a cualquier costo. Pero si no es el caso, qué es lo que nos detiene? Nosotros mismos! Al igual que el mono podría fácilmente sacar su mano del árbol. Pero muchas veces caemos en esa zona de confort que nos impide ir más allá. Sabemos que habrá frutos en otros árboles, probablemente más y mejores pero preferimos los que están a mano.
Pensemos que lo que a veces es nuestra fuente de seguridad, puede ser nuestro principal “grillete” que nos impida alcanzar lo que realmente soñamos.
Cada persona es diferente, así que no debemos generalizar recomendaciones, pero sí pensemos dos veces: Es esto realmente lo que quiero? Es esto lo mejor que hay para mí? Si la respuesta es no, entonces qué me detiene?
No nos convirtamos en monos atrapados, ya que en nuestro caso, no hay nadie que nos esté cazando, somos nosotros mismos quienes decidimos vivir aferrados a un árbol.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Tenemos que esperar a que se hunda el barco?
Publicado: el miércoles 18 de julio de 2012 | Por: Francisco
“Es increíble lo que se puede lograr cuando nadie se preocupa de quien se llevará el crédito.” – Robert Yates
Imaginemos la siguiente situación. Somos tripulantes de una embarcación que navega por el océano. Estamos regresando a casa después de un largo viaje. Tenemos meses desde que salimos de casa y nuestras relaciones más cercanas son con aquellas personas con quienes trabajamos en el barco día a día.
En este barco se pueden identificar diferentes departamentos como Ingenieros del cuarto de máquinas, la tripulación que trabaja directamente con el capitán, mantenimiento y el personal de alimentación.
El barco navega como normalmente lo hace pero al interior existen problemas. Cada departamento cuida sus propios intereses y existen quejas. Las relaciones entre el personal dejan que desear.
Los ingenieros del cuarto de máquinas se quejan con su jefe de que el personal de mantenimiento no hace su trabajo. Señalan que hay partes del barco que necesitan reforzarse.
El jefe de máquinas les da la razón a sus subordinados y les reafirma que mantenimiento no hace su trabajo como debiera.
El personal de mantenimiento a su vez se queja que en el comedor no se les atiende bien ya que comen a un horario distinto, ya que aprovechan la hora de comida del resto para realizar sus labores.
Por su parte el jefe de mantenimiento dice a su equipo que no hagan caso a las críticas de ingeniería. “Solo lo hacen para molestar y hacernos quedar mal. Nosotros debemos cumplir con lo que el capitán nos vaya pidiendo. De esas áreas que necesitan refuerzo no nos han informado”.
Cuando su equipo le solicita que hable con el capitán para que mejore el servicio de comida, él responde que no tiene caso. “El personal del capitán y el capitán mismo son demasiado arrogantes, además de que tienen como consentido al departamento de alimentos ya que siempre le elaboran sus platillos favoritos” – respondió.
Esta es la normalidad de este barco del que muchos quisieran saltar pero que por sus circunstancias no pueden hacerlo.
De repente se viene una tormenta y el barco queda en malas condiciones. El agua empieza a entrar por las fisuras que dejó la tormenta las cuales se formaron porque nadie se hizo responsable de reforzar las áreas más desgastadas del barco. El comedor está inundado al igual que el cuarto de máquinas. La cabina del capitán sufrió un desperfecto eléctrico. Se requiere reparar la situación o de lo contrario el barco se hundirá.
Ante la crisis, todos empiezan a trabajar. Personal de mantenimiento trabaja en la cabina del capitán arreglando el desperfecto, mientras que otros empiezan a sacar agua en conjunto con el personal de alimentos a donde también acuden ingenieros del cuarto de máquinas a apoyar.
Los ingenieros del cuarto de máquinas empiezan a sacar agua mientras el resto del personal de mantenimiento les apoyan. La jornada es complicada y sigue así por varias horas. El capitán baja al cuarto de máquinas y al comedor a apoyar y evaluar la situación. Pide que se le lleve alimentos y bebidas a quienes se encuentran trabajando sin descanso desde hace horas. El personal de alimentos accede gustoso.
Hay que sacar agua. Hay que mantener a flote el barco. Hay que llegar a casa. Ese es el objetivo. Ese siempre fue el objetivo, pero ahora todos están conscientes y comprometidos con él. Todos se aplican para que el fin común se logre.
Cuantas empresas se parecen a este barco?
Por qué esperar a que el barco se hunda?
Es común que en tiempos de crisis todos compartimos y nos esforzamos por un objetivo común ya que de lo contrario “todos nos hundimos”, aunque una crisis no debiera ser necesaria si todos comparten una visión y un objetivo común. Aún cuando una crisis logre despertar una empresa, puede ser que sea demasiado tarde.
Es importante que desde arriba se transmita una visión clara y un sentido de colaboración donde todos aportan algo y donde todos comparten un mismo objetivo. Desde la dirección y todos los niveles gerenciales se debe “vivir” y no solo hablar de la importancia del trabajo en conjunto. Es algo que se debe transmitir con el actuar diario.
En el barco todos querían llegar a casa. Todos tenían el mismo objetivo. Una tormenta se los recordó.
En nuestras empresas todos quieren llegar a donde mismo? O necesitamos que se agite un poco la marea?
Saludos
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Aprendamos de un niño
Publicado: el lunes 9 de julio de 2012 | Por: Francisco
«Es duro fracasar en algo, pero mucho peor es no haberlo intentado» – Theodore Roosevelt
Justo ayer mi sobrino de 5 años me dio una lección. Al salir de un evento, se encontraba una persona vendiendo bebidas a quienes salían, con el fin de recaudar fondos para un familiar enfermo. Desconozco como se dio, pero de repente llegó mi sobrino hasta donde yo estaba, vendiéndonos una botella de agua. Al pagarle salió corriendo a entregar el dinero y tomar dos botellas más y empezar a vender a cuanta persona se cruzaba por su camino. “Agua a 5 pesos!!!” gritaba.
Quienes lo veían le sonreían pero la mayoría no le compraba. Sin embargo, él seguía gritando y ofreciendo el agua a todo mundo. Agua que vendía, dinero que entregaba y una nueva botella que recogía. Esta situación que nos causó mucha gracia, también me dejó varias lecciones.
A muchos nos da miedo vender, pero no es tanto el miedo a la venta. Es el miedo al rechazo y el miedo al fracaso. Así estamos programados. Pero la realidad es que estos miedos son mayormente infundados y autoimpuestos. Qué le pasó al niño después de que decenas de personas le dijeron que no querían agua? Absolutamente nada! Vendió en total creo que 5 bebidas. Se considerará eso un fracaso? Solo para quien quiere verlo de esa manera pero el fracaso es un término subjetivo y relativo. Si no hubiera ofrecido el agua no hubiera vendido ninguna.
Si los adultos venciéramos nuestros miedos. Esos miedos que hemos cultivado a través de los años y que nos limitan. Ese miedo al que dirán. Ese preocuparse por el vernos mal ante los demás. Si lo lográramos, estaríamos a un paso del éxito seguramente. Si queremos vender o pedir algo y nos da miedo solo pensemos: Si nos dicen que no estaremos exactamente igual que si no lo hacemos. Ni un poco peor. Solo igual. Pero si nos dicen que sí?
Otro punto que me llamó la atención es que para mi sobrino el vender era a la vez un juego y un reto. No recibió compensación por hacer esa labor. Pero cada que lograba vender una botella de agua era un logro para él. Creo que aquí también hay una oportunidad de aprendizaje importante. Que distintas fueran muchas de nuestras empresas si lográramos que nuestros colaboradores vieran su trabajo como un juego y como un reto, y no solo como un medio para ganar un sueldo. Y que distinta sería nuestra vida si nos dedicáramos a algo que realmente nos divirtiera. No que la parte económica no sea importante, pero definitivamente no es la única. Y en general, en ocasiones es necesario que no nos tomemos la vida tan en serio, lo cual no significa ser irresponsables o faltos de seriedad.
La última lección que me llevé de esta situación fue la importancia de tener claridad de nuestras metas. Mi sobrino sabía que tenía que vender las bebidas y quería vender las bebidas. En ese momento esa era su meta y nadie lo distraía de ella. Pudiera haberse ido a jugar como otros niños alrededor pero prefirió seguir siendo rechazado por varias personas al estar ofreciéndoles botellas de agua.
Resumiendo, creo que si hacemos a un lado nuestros miedos a ser rechazados y a fallar en lo que hacemos, si tenemos claridad en lo que queremos lograr y nos divertimos y disfrutamos al hacerlo, tenemos un alto porcentaje de probabilidad de alcanzar el éxito. Y no estamos hablando solamente de éxito económico, pero seguramente, me atrevo a pensar que con esta receta difícilmente se nos negará el dinero.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
PD. Un último aprendizaje que no consideré: En muchas situaciones triviales existen oportunidades de aprendizaje. No nos cerremos a ellas!
Hubo elecciones… Cambiamos?
Publicado: el lunes 2 de julio de 2012 | Por: Francisco
“Las personas no resisten el cambio. Resisten ser cambiadas!” – Peter Senge
El día de ayer 1 de Julio de 2012 se dieron en México elecciones para definir quien será el Presidente del país por los próximos 6 años. Al momento de escribir desconozco el resultado de la elección pero estoy casi seguro que los males que aquejan a México y a cualquier otra sociedad dependen mucho menos de quien está a la cabeza, que de los integrantes mismos de la sociedad.
Hay quienes dicen que de la elección depende el futuro del país, lo cual en mi opinión es totalmente falso. El futuro del país depende de los ciudadanos. Nuestro problema es que esos ciudadanos estamos divididos y los habemos de diferentes “sabores”:
-Los que buscan intereses personales y por lo mismo apoyan a tal o cual candidato/partido.
-Los apáticos que dicen que ya han perdido “la fé en el sistema” por lo que ni votan ni se preocupan porque de cualquier forma nada va a cambiar.
-Los que decimos que queremos que el país mejore pero que no hacemos nada para ello.
-Los que solapamos la corrupción aunque sea en niveles menores y criticamos la corrupción imperante en las altas esferas.
-Los que nos quejamos de la mala educación y no leemos ni nos preparamos.
-Los que reclamamos por los altos sueldos de los funcionarios públicos pero cruzamos los dedos por algún día estar en su lugar.
-Y habrá una minoría (tristemente) que realmente está dispuesta a hacer del país, un mejor país.
La mayoría de los mexicanos somos en mayor o menor medida hipócritas que hablamos mucho más de lo que actuamos. La mayoría somos “mexicanos de selección nacional”. Nos ponemos la verde para ver los juegos de futbol como todo un evento nacional, para empezar a criticar en cuanto el resultado nos es adverso. Es parte de nuestra idiosincrasia. Es parte de la cultura que se ha ido arraigando.
México no requiere un simple cambio de presidente. México requiere un cambio de mentalidad y de forma de ver las cosas. Queremos que las cosas cambien pero no queremos cambiar nosotros.
Es por eso que seguimos esperando que llegue un presidente que mejore nuestras vidas en vez de nosotros mejorar en lo individual. En la medida que todos mejoremos, y que los hipócritas, los interesados y los apáticos se conviertan en minoría, será imposible que nuestro país no mejore. Será imposible que nuestro gobierno sea visto más como un botín que como una oportunidad de servir al país. Por qué? Porque el líder del país será “uno de los buenos” ya que el resto serán minoría.
Dicen por ahí que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece” y creo que es algo muy cierto. Hagámonos merecedores de un mejor gobierno. Que no nos preocupe si el vecino hace o dice tal o cual cosa. Cambiemos nosotros. Que no nos importe ser “diferentes” por el hecho de querer ser mejores. No nos quejemos. Actuemos.
El sistema está echando a perder? Probablemente. Entonces no hacemos nada? Tendremos que nadar contra corriente? Eso es un hecho.
Será rápido? Definitivamente no.
Vale la pena? Eso es lo que te tienes que preguntar. Vale la pena? Vale la pena tu país? Vale la pena el país de tus padres y de tus hijos?
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Tolerancia: Cimiento de una Sociedad.
Publicado: el lunes 25 de junio de 2012 | Por: Francisco
“Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz” – Benito Juárez
Política, religión, tendencias sexuales, ideologías económicas entre muchos temas más continuamente podrán estar causando controversias y conflictos. Y hasta cierto punto es normal ya que es utópico pensar que todos pensemos igual. Sin embargo, existe una gran diferencia entre el conflicto o las diferencias y la intolerancia. Hablar de tolerancia es hablar de un elemento indispensable en nuestra vida como seres sociables.
Me atrevo a escribir sobre este tema porque a pesar de que vivimos en un mundo mucho más abierto, cambiante y diverso que hace unos años, pareciera que la intolerancia sigue profundamente enraizada o incluso ampliada gracias al uso de las redes sociales que igual permiten comunicarse masivamente, como permiten el hacerlo de una manera impersonal o a veces anónima, facilitando el que emitamos condenas, ofensas y repudio a los que piensan diferente o ven las cosas diferente a nosotros.
Yo me considero una persona conservadora pero no cerrada a las realidades que vivimos actualmente. Hay puntos de vista y convicciones que tengo muy definidos y que no pienso cambiar. Esos son mis valores y mis principios. Pero son míos y el tiempo, mi educación y mis experiencias, los han ido arraigando en mi persona. Esto no significa que yo tengo la verdad absoluta. Solo significa que así “estoy programado” y de ninguna manera espero que todos piensen igual que yo.
Actualmente en México se viven tiempos electorales y con gran facilidad se observan ofensas en las redes sociales de los seguidores de un partido a otro lo cual no me asusta, pero el nivel de pasión que alcanzan muchas personas es preocupante. Sobre todo cuando consideran que “su partido” o “su candidato” es la máxima solución a las situaciones problemáticas que vive el país en vez de considerar que la unidad y la diversidad hacen la fuerza. Con total normalidad faltamos al respeto a quien tiene un ideario político diferente ya que si no apoyan al mismo candidato que nosotros son unos _______. Estoy consciente que tristemente muchos buscan intereses personales y que la política en general está devaluada pero eso ya es otro tema.
También hace unos meses visitó México el Papa Benedicto XVI y múltiples expresiones de repudio hacia él y de burla a quienes profesan la religión católica inundaron las redes sociales. Comentarios en el sentido de que a quienes eran católicos los hacían ver como estúpidos a quienes les han lavado el cerebro. Cuál es la necesidad de ofender y burlarse de las creencias de alguien más solo porque no las compartimos?
Si a nadie afecta el que una persona crea en un Dios, cualquiera que sea, si hay personas que creen en un candidato, si hay quienes creen en el socialismo y hay quienes creen en el capitalismo, si hay quienes prefieren la homosexualidad a la heterosexualidad, en qué nos afecta a nosotros en lo individual? Y comparativamente, en qué nos afecta a todos como sociedad el que seamos intolerantes a las ideas de los demás? Acaso cada uno de nosotros tenemos la verdad absoluta? La respuesta es un rotundo NO. Simplemente cada uno tenemos una historia y circunstancias diferentes en nuestras vidas que nos hacen ver las cosas de manera distinta.
Entonces por qué defendemos y ofendemos con tanta pasión cuando no nos hacen daño? Tristemente muchos de los que se jactan de ser más “progresistas” en su forma de pensar son quienes más intolerancia muestran a quienes no coinciden con su forma de ver las cosas, ya que en su percepción tienen una forma de pensar más “avanzada” que no concibe que exista otras formas de pensar.
Tolerancia es aceptar a aquellos que son diferentes a nosotros y que en su ser diferentes de ninguna manera están afectando nuestros derechos nos guste o no nos guste su forma de ser, de actuar y de pensar.
Y sin tolerancia difícilmente podremos llegar a ser una verdadera sociedad progresista, ya que esto no se puede dar si estamos polarizados. Y ejemplos, tenemos muchos a través de la historia.
Así que la próxima vez que vayamos a emitir un juicio pensemos si estamos ofendiendo a alguien más, que en su propio derecho de ser diferente a nosotros no está lastimando de ninguna manera los nuestros propios.
Hay muchas cosas que merecen nuestro repudio e intolerancia. Las diferentes creencias e ideas de nuestros prójimos no debieran ser una de ellas. La intolerancia sí.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
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Francisco Javier Duarte R.
Coach/Consultor
Con 11 años de experiencia a nivel gerencial en un grupo empresarial regional.
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