Tenemos que esperar a que se hunda el barco?

Publicado: el miércoles 18 de julio de 2012 | Por: Francisco

“Es increíble lo que se puede lograr cuando nadie se preocupa de quien se llevará el crédito.” – Robert Yates

Imaginemos la siguiente situación. Somos tripulantes de una embarcación que navega por el océano. Estamos regresando a casa después de un largo viaje. Tenemos meses desde que salimos de casa y nuestras relaciones más cercanas son con aquellas personas con quienes trabajamos en el barco día a día.

En este barco se pueden identificar diferentes departamentos como Ingenieros del cuarto de máquinas, la tripulación que trabaja directamente con el capitán, mantenimiento y el personal de alimentación.

El barco navega como normalmente lo hace pero al interior existen problemas. Cada departamento cuida sus propios intereses y existen quejas. Las relaciones  entre el personal dejan que desear.

Los ingenieros del cuarto de máquinas se quejan con su jefe de que el personal de mantenimiento no hace su trabajo. Señalan que hay partes del barco que necesitan reforzarse.

El jefe de máquinas les da la razón a sus subordinados y les reafirma que mantenimiento no hace su trabajo como debiera.

El personal de mantenimiento a su vez se queja que en el comedor no se les atiende bien ya que comen a un horario distinto, ya que aprovechan la hora de comida del resto para realizar sus labores.

Por su parte el jefe de mantenimiento dice a su equipo que no hagan caso a las críticas de ingeniería. “Solo lo hacen para molestar y hacernos quedar mal. Nosotros debemos cumplir con lo que el capitán nos vaya pidiendo. De esas áreas que necesitan refuerzo no nos han informado”.

Cuando su equipo le solicita que hable con el capitán para que mejore el servicio de comida, él responde que no tiene caso. “El personal del capitán y el capitán mismo son demasiado arrogantes, además de que tienen como consentido al departamento de alimentos ya que siempre le elaboran sus platillos favoritos” – respondió.

Esta es la normalidad de este barco del que muchos quisieran saltar pero que por sus circunstancias no pueden hacerlo.

De repente se viene una tormenta y el barco queda en malas condiciones. El agua empieza a entrar por las fisuras que dejó la tormenta las cuales se formaron porque nadie se hizo responsable de reforzar las áreas más desgastadas del barco. El comedor está inundado al igual que el cuarto de máquinas. La cabina del capitán sufrió un desperfecto eléctrico. Se requiere reparar la situación o de lo contrario el barco se hundirá.

Ante la crisis, todos empiezan a trabajar. Personal de mantenimiento trabaja en la cabina del capitán arreglando el desperfecto, mientras que otros empiezan a sacar agua en conjunto con el personal de alimentos a donde también acuden ingenieros del cuarto de máquinas a apoyar.

Los ingenieros del cuarto de máquinas empiezan a sacar agua mientras el resto del personal de mantenimiento les apoyan. La jornada es complicada y sigue así por varias horas. El capitán baja al cuarto de máquinas y al comedor a apoyar y evaluar la situación. Pide que se le lleve alimentos y bebidas a quienes se encuentran trabajando sin descanso desde hace horas. El personal de alimentos accede gustoso.

Hay que sacar agua. Hay que mantener a flote el barco. Hay que llegar a casa. Ese es el objetivo. Ese siempre fue el objetivo, pero ahora todos están conscientes y comprometidos con él. Todos se aplican para que el fin común se logre.

Cuantas empresas se parecen a este barco?

Por qué esperar a que el barco se hunda?

Es común que en tiempos de crisis todos compartimos y nos esforzamos por un objetivo común ya que de lo contrario “todos nos hundimos”, aunque una crisis no debiera ser necesaria si todos comparten una visión y un objetivo común. Aún cuando una crisis logre despertar una empresa, puede ser que sea demasiado tarde.

Es importante que desde arriba se transmita una visión clara y un sentido de colaboración donde todos aportan algo y donde todos comparten un mismo objetivo. Desde la dirección y todos los niveles gerenciales se debe “vivir” y no solo hablar de la importancia del trabajo en conjunto. Es algo que se debe transmitir con el actuar diario.

En el barco todos querían llegar a casa. Todos tenían el mismo objetivo. Una tormenta se los recordó.

En nuestras empresas todos quieren llegar a donde mismo? O necesitamos que se agite un poco la marea?

 

Saludos

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

 

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