La camiseta (segunda de dos partes)
Publicado: el lunes 14 de noviembre de 2011 | Por: Francisco
Si yo veo que mi compañero trae su propia camiseta y ya no la del “equipo de casa” que yo ya traigo desteñida, entonces yo voy a optar por traer mi propia camiseta también. En este punto, empieza cada quien a trabajar para su propia camiseta.
Cuando mi vecino de trabajo (ya no es compañero o sí?) requiere apoyo, veo que su camiseta no es la misma que la mía por lo que no lo apoyo. Lo mismo sucede cuando yo requiero ayuda. Y lo peor es que no hablamos de ayuda para asuntos personales. Era ayuda para trabajar en beneficio de la empresa. Resultado: La empresa sufre las consecuencias.
De repente, empieza a cambiar un poco este fenómeno. Mi vecino y su vecino traen la misma camiseta. No es la de la empresa. Es la de “su equipo”. En ese momento yo reacciono y busco aliarme para formar también mi equipo. Ya somos varios con “nuestra camiseta” pero el problema es que hay varios grupos con diferentes camisetas. Probablemente ninguna de ellas sea la de la empresa. Empiezan las fricciones, las rivalidades como si fueran los “clásicos” del futbol, la política interna, la búsqueda de poder, etc.
Ahora bien, suponiendo que lo hasta ahora mencionado no es un problema para la empresa la función de la dirección no deberá limitarse a que todos tengan la camiseta para que la empresa sea realmente exitosa.
Esa camiseta debe tener VALOR, debe tener SIGNIFICADO. Y eso dependerá de la dirección. Por ejemplo: Tiene valor una camiseta del Real Madrid o del Barcelona, o bien de los Yankees de Nueva York? Por qué? Habrá quien diga que por la tradición, otros por la historia de éxitos, etc. Para que la camiseta tenga valor tiene que ir acumulando resultados positivos, éxitos, historia, satisfacciones, etc. Esto hará que quienes la porten se sientan orgullosos y quienes no la tengan la quieran tener y sigan a su equipo. Qué es más probable? Que alguien quiera una camiseta de alguno de estos equipos mencionados o de algún equipo amateur?
Si su camiseta tiene valor, es un gran paso, pero no el último. Habrá que mantenerlo y mantener la motivación y el orgullo de sus portadores y seguidores. Un jugador puede estar muy orgulloso de su equipo pero se tiene que mantener motivado. Imagine que un jugador llega a jugar motivado y al entrar al estadio ve que el pasto está seco, las gradas vacías, ningún aplauso. Podrá mantener el nivel de motivación que tenía? Difícilmente verdad? Deben darse las condiciones para mantener motivados a sus jugadores.
También es importante que se mantengan los resultados positivos. Al principio por lo general hay ilusión, esperanza, emoción. Pero que pasa si lo resultados no se dan? Qué pasa con esos seguidores? Qué pasa por ejemplo cada mundial de futbol? Todos compran sus camisetas. Todos las portan con orgullo (o al menos con esperanza). Pero cuantos de ellos las vuelven a usar una vez que nos han eliminado? O cuantos portan la camiseta de su equipo un día después de perder en un clásico?
Es muy compleja la labor del director o empresario, pero debe de buscar que su camiseta represente verdaderamente algo valioso. Que sea un verdadero símbolo de orgullo tanto al interior como al exterior de su equipo. No permita que en su equipo se trabaje con diferentes camisetas. No permita que se la quiten. Porque si al interior no se porta con orgullo. Qué podrá esperar que se refleje a sus “fans” (consumidores) que son quienes a fin de cuenta lo mantienen? Es trabajo vital el estar constantemente agregando color (valor) a su camiseta.
Incluso usted como dueño de empresa o directivo, porta con orgullo en la calle la camiseta de su empresa? Probablemente hay algunos que no. Ya sabemos que pueden esperar.
Saludos!
Por Francisco Duarte / Crece Coaching & Consulting Empresarial