«Es que…»
Publicado: el miércoles 12 de marzo de 2014 | Por: Francisco
“Es que…” puede convertirse en el inicio de una frase muy útil y peligrosa a la vez. Le podemos agregar diferentes terminaciones a esta frase pero por lo general el objetivo es siempre el mismo: Desviar nuestra responsabilidad. En muchas ocasiones nos va a sacar de un apuro o nos evitará una llamada de atención o regaño, pero el problema está en que no resuelve nada, y peor aún, cuando la usamos para respondernos a nosotros mismos nada más nos estamos auto-engañando.
En su libro los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Stephen Covey explica el concepto de la Proactividad y se refiere a hacernos responsables de nuestras acciones (o inacciones?) y sus consecuencias. En la medida que culpamos a los demás, a las circunstancias o al entorno de lo que nos sucede nos convertimos en víctimas. En la medida que nos hacemos responsables, nos convertimos en protagonistas de nuestra propia película. A fin de cuentas, si no nos vemos como parte del problema, difícilmente nos veremos como parte de la solución.
Esto aplica tanto a título personal como organizacional.
Pongamos el ejemplo en una empresa. Imaginemos que el director general de una empresa con malos resultados culpe a la competencia, a los clientes, al gobierno, o peor aún, que culpe a su propio equipo de trabajo de sus resultados? Difícilmente se resolverán las situaciones que tienen a la empresa en problemas. Además, el mensaje que transmitirá a su equipo será de que se vale “lavarse las manos” echando culpas y que esto es suficiente, no necesariamente encontrar soluciones. De esta forma ventas puede acusar a manufactura, manufactura a compras, compras a pagos, pagos a cuentas por cobrar y así sucesivamente. Esto creará una espiral que llevará a la empresa al fracaso mientras no se ataquen los problemas de frente y se busquen soluciones y sobre todo que cada quien se haga responsable de la parte que le toca. Y en su caso, si el equipo no está haciendo su trabajo, qué no es responsabilidad del director contratarlo, desarrollarlo, supervisarlo, etc.???
Ahora en el plano personal: “No me alcanza el dinero y tengo que trabajar muchas horas cada día. Lo que pasa es que mi jefe abusa de mi buena disposición y no me recompensa como merezco. Y no cambio de trabajo porque la situación está muy difícil, además de que no tengo tiempo libre para buscar. Además como lo único que sé hacer es lo que estoy haciendo actualmente, sería muy difícil que me contraten en otra parte. Lo peor es que no tengo tampoco ni tiempo ni dinero para prepararme y aprender otras funciones. Además, mis compañeros de trabajo siempre se llevan todo el crédito de muchas cosas que yo hago. Y por otra parte mi novi@ siempre me hace gastar mucho”… etc. etc. etc.
Nada de lo que le pasa a esta persona es su culpa. No hay ninguna decisión que pueda tomar para cambiar su situación. Está inconforme pero no hace nada para cambiarlo. Por qué? Por que como él/ella no es el problema… esperará que la solución se dé allá afuera.
Tenemos que estar conscientes de que buscar culpables no es el objetivo que se busca ante un problema. La solución del problema es el objetivo. Echar culpas no resuelve nada. Ni en una organización ni en nuestra vida personal.
A fin de cuentas siempre hay alguien con poder de decisión y con la responsabilidad de tomar las decisiones y llevar a cabo las acciones que sean necesarias para el logro de los objetivos. Quién crees que sea?
A fin de cuentas:
Quieres lo mejor? Quieres lograr tus objetivos?
O nada más quieres NO ser el culpable?
Si no estás dispuesto a ver de frente los problemas, difícilmente verás de frente los éxitos.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
Me encanto, gracias.