El uso de dinero ajeno… Beneficio presente, sacrificio futuro.

Publicado: el martes 13 de marzo de 2012 | Por: Francisco

Hasta hoy hemos comentado la importancia de la auto-disciplina, el control de gastos y el ahorro para tener unas finanzas personales sanas. El siguiente punto que vale la pena comentar son las deudas. Y en este punto lo que vale la pena resaltar es que las deudas por sí mismas no son malas. El problema es el uso y el manejo que les damos en muchas ocasiones.

Al hablar de gastos y ahorro mencionamos que el postergar el disfrute de ciertas cosas en el presente nos proporcionaría un mayor disfrute en el futuro. Las deudas son precisamente el mecanismo que busca lo opuesto: Un disfrute actual que nos ocasionará un sacrificio futuro.

Hay deudas que son necesarias porque requerimos el dinero de otros para satisfacer algunas necesidades. Probablemente no podemos esperar a tener todo el dinero necesario para tener una casa y un techo para vivir, por lo que recurrimos a pedir prestado o en un momento dado a rentar pero con la desventaja de que nunca seremos propietarios de nuestra casa.

El problema con las deudas empieza cuando empezamos a hacer uso de la deuda para satisfacer gustos más que necesidades y cuyo beneficio es solo en el presente y no perdura. En el caso de una casa esta durará al menos el tiempo que tendremos la deuda. Pero que pasa cuando usamos la tarjeta de crédito para comprar por ejemplo un viaje? Probablemente tardemos un año pagando algo que disfrutamos hace tiempo. Y cuando todavía no terminamos de cubrir una deuda, surgen nuevas necesidades que disfrutamos con deudas nuevamente, creándose así un círculo que puede convertirse en una bola de nieve.

Es por esto que debemos evitar aquellas deudas que no nos generan un beneficio duradero y evitar también el acumular deudas. En caso de que ya estemos en una situación en la que tenemos muchas deudas acumuladas lo principal es empezar a salir de ellas una a la vez. Mientras estemos pagando los mínimos requeridos de nuestras deudas, estas se prolongarán causándonos gran ansiedad en el proceso.

Lo más recomendable en este caso es pagar aquellas deudas que podemos terminar de pagar más rápidamente mientras pagamos los mínimos de las demás. Este debiera de ser el primer factor a evaluar ya que vamos creando una inercia positiva. El segundo debiera ser el pagar cuanto antes aquellas deudas que tienen una mayor tasa de interés. De esta forma podemos ir logrando “triunfos” tangibles, reducimos la carga de nuestras deudas y la ansiedad que estas nos provocan.

Así que si no tenemos deudas debemos pensarla dos veces antes de adquirir una. Y si ya las tenemos, debemos hacer un esfuerzo por salir de ellas cuanto antes. Lo que sí es una realidad es que mientras la sombra de las deudas esté sobre nosotros, difícilmente tendremos la posibilidad de ir formando un patrimonio creciente, y además, el estrés y la ansiedad que estas causan puede tener un costo incluso mayor que el monetario.

 

Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial

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