Aprendamos de un niño
Publicado: el lunes 9 de julio de 2012 | Por: Francisco
«Es duro fracasar en algo, pero mucho peor es no haberlo intentado» – Theodore Roosevelt
Justo ayer mi sobrino de 5 años me dio una lección. Al salir de un evento, se encontraba una persona vendiendo bebidas a quienes salían, con el fin de recaudar fondos para un familiar enfermo. Desconozco como se dio, pero de repente llegó mi sobrino hasta donde yo estaba, vendiéndonos una botella de agua. Al pagarle salió corriendo a entregar el dinero y tomar dos botellas más y empezar a vender a cuanta persona se cruzaba por su camino. “Agua a 5 pesos!!!” gritaba.
Quienes lo veían le sonreían pero la mayoría no le compraba. Sin embargo, él seguía gritando y ofreciendo el agua a todo mundo. Agua que vendía, dinero que entregaba y una nueva botella que recogía. Esta situación que nos causó mucha gracia, también me dejó varias lecciones.
A muchos nos da miedo vender, pero no es tanto el miedo a la venta. Es el miedo al rechazo y el miedo al fracaso. Así estamos programados. Pero la realidad es que estos miedos son mayormente infundados y autoimpuestos. Qué le pasó al niño después de que decenas de personas le dijeron que no querían agua? Absolutamente nada! Vendió en total creo que 5 bebidas. Se considerará eso un fracaso? Solo para quien quiere verlo de esa manera pero el fracaso es un término subjetivo y relativo. Si no hubiera ofrecido el agua no hubiera vendido ninguna.
Si los adultos venciéramos nuestros miedos. Esos miedos que hemos cultivado a través de los años y que nos limitan. Ese miedo al que dirán. Ese preocuparse por el vernos mal ante los demás. Si lo lográramos, estaríamos a un paso del éxito seguramente. Si queremos vender o pedir algo y nos da miedo solo pensemos: Si nos dicen que no estaremos exactamente igual que si no lo hacemos. Ni un poco peor. Solo igual. Pero si nos dicen que sí?
Otro punto que me llamó la atención es que para mi sobrino el vender era a la vez un juego y un reto. No recibió compensación por hacer esa labor. Pero cada que lograba vender una botella de agua era un logro para él. Creo que aquí también hay una oportunidad de aprendizaje importante. Que distintas fueran muchas de nuestras empresas si lográramos que nuestros colaboradores vieran su trabajo como un juego y como un reto, y no solo como un medio para ganar un sueldo. Y que distinta sería nuestra vida si nos dedicáramos a algo que realmente nos divirtiera. No que la parte económica no sea importante, pero definitivamente no es la única. Y en general, en ocasiones es necesario que no nos tomemos la vida tan en serio, lo cual no significa ser irresponsables o faltos de seriedad.
La última lección que me llevé de esta situación fue la importancia de tener claridad de nuestras metas. Mi sobrino sabía que tenía que vender las bebidas y quería vender las bebidas. En ese momento esa era su meta y nadie lo distraía de ella. Pudiera haberse ido a jugar como otros niños alrededor pero prefirió seguir siendo rechazado por varias personas al estar ofreciéndoles botellas de agua.
Resumiendo, creo que si hacemos a un lado nuestros miedos a ser rechazados y a fallar en lo que hacemos, si tenemos claridad en lo que queremos lograr y nos divertimos y disfrutamos al hacerlo, tenemos un alto porcentaje de probabilidad de alcanzar el éxito. Y no estamos hablando solamente de éxito económico, pero seguramente, me atrevo a pensar que con esta receta difícilmente se nos negará el dinero.
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial
PD. Un último aprendizaje que no consideré: En muchas situaciones triviales existen oportunidades de aprendizaje. No nos cerremos a ellas!