Somos ranas hirviendo?
Publicado: el lunes 18 de junio de 2012 | Por: Francisco
“El mayor peligro no es apuntar muy alto y fallar. El mayor peligro es apuntar muy bajo y acertar”.
Existe un relato o “teoría” que dice que si colocamos una rana en un recipiente con agua, lo ponemos en una estufa y poco a poco elevamos la temperatura, la rana cada vez estará acostumbrándose al cambio, o bien, no lo percibirá, hasta llegar al punto en que estará hirviendo y morirá. Por el contrario, si echamos una rana en agua hirviendo, ésta brincará hacia fuera inmediatamente.
Desconozco la validez y exactitud científica del comentario, y no tengo la intención de hacer el experimento, pero la analogía es buena si comparamos en muchas ocasiones a la rana con nuestras vidas o con nuestras empresas.
Muchas veces caemos en nuestra “zona de confort” aunque esta no sea tan confortable. Preferimos seguir viviendo siempre igual y no hacer ningún cambio. Probablemente esto no nos llevará a que “nos hierva el agua” pero si nos impedirá de vivir una vida plena y cuando queramos cambiar, probablemente será demasiado tarde.
Por otra parte, nuestro entorno cambia constantemente y para alcanzar el éxito personal y en nuestras empresas debemos adaptarnos continuamente. De lo contrario, poco a poco y sin darnos cuenta, la competencia nos quitará clientes, los que tenemos empezarán a bajar su nivel de satisfacción, los empleados irán perdiendo amor a la camiseta, los ascensos se los darán a alguien más, etc. Esto puede ser el efecto de nuestra apatía y nuestra cerrazón al cambio.
La mediocridad en nuestras vidas y negocios puede ser como esa agua tibia que no queremos dejar como la rana. Para qué cambiar? Para qué mejorar? Si no estoy tan mal no creo que valga la pena. Para que esforzarme en salir de esta “olla con agua tibia”? Probablemente allá afuera me vaya peor. Cuántos de nosotros no hemos estado así? Cuántas empresas no razonan su situación de igual manera?
El cambio muchas veces asusta. El desarrollarnos cuesta, pero me atrevo a pensar que la mediocridad cuesta mucho más. Y si no estamos dispuestos a esto, que no nos extrañe que cuando volteemos hacia atrás nos demos cuenta de todo lo que se pudo hacer y no se hizo. Demasiado tarde.
La buena noticia es que podemos salir del agua tibia en el momento que nosotros lo decidamos!
Saludos!
Francisco Duarte – Crece Coaching & Consulting Empresarial